miércoles, 9 de marzo de 2016
COSTO DEL HAMBRE EN BOLIVIA Impacto social y económico de la desnutrición infantil
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CONCEPTO DE AGRICULTURA URBANA
AGRICULTURA URBANA
-
INTRODUCCIÓN.
Según estudios realizados sobre pobreza se identifico que las
áreas peri urbanas de las ciudades son las que acogen a los migrantes de áreas
rurales, quienes forman un cinturón de pobreza, debido principalmente a que son
áreas donde por su rápido crecimiento carece de planificación en cuanto a su desarrollo y generalmente no cuentan con
servicios básicos, no tienen presupuesto para sus necesidades por lo cual son
catalogadas como pobres según necesidades básicas insatisfechas (NBI).
Luego, las personas cuyos medios de subsistencia dependen
casi en su totalidad de las actividades de la producción agrícola y ganadera, están
muy limitados para acceder al mercado laboral que ofrecen las ciudades. Por lo
cual, muchas familias tienen presente su pasado productor e intentan realizar
algunas actividades de cultivo y crianza de animales en donde ahora es su medio
de vida, al no estar organizados y conscientes de la importancia de su saber
colectivo no realizan demandas de apoyo ante instancias locales.
Sin embargo, existen experiencias exitosas en materia
de producción en áreas periféricas de la ciudad, por ejemplo el proyecto que
llevo adelante entre la FAO y El Gobierno Municipal de El Alto entre los años
2003 – 2008 denominado “Micro-Jardines Populares en El Alto – Bolivia” del cual
realizaron una sistematización que refleja los importantes resultados que se
consiguió en el autoconsumo y la comercialización de verduras. Muchas de estas
experiencias son de carácter piloto que luego de su ejecución a pesar de los
importantes resultados no tiene continuidad.
Por lo tanto, es importante analizar las actividades y los beneficios
que se obtiene con la agricultura urbana, que se podría convertir en una salida
para aliviar la pobreza de las familias asentadas en áreas peri urbanas de las
ciudades. Por otro lado, es importante señalar que muchas ciudades de América
Latina como Lima, Medellín, Sao Paolo, Curitiba, Habana, Quito, Moreno, Rosario
y otras implementaron programas de agricultura urbana para combatir la pobreza,
contribuir a mejorar la seguridad alimentaria, el medio ambiente y los ingresos
familiares.
II.
MARCO TEÓRICO
2.1.
TENDENCIAS MUNDIALES: Crecimiento y Pobreza
Urbana
2.1.1.
Un mundo
urbanizado
Durante el
siglo XX la población del mundo se ha urbanizado de manera acelerada. La
cantidad de personas que habitan las ciudades paso de mil millones de
habitantes en 1961 a tres mil millones de habitantes en 2003 y se estima que
para el 2030 la cifra será cerca de cinco mil millones. Esto significa que el
60% de la población mundial habitará en las ciudades. La proporción total de la
población urbana creció del 13% en 1900 al 29% en 1950 y al 49% en 2005 como se
puede apreciar en el cuadro 3. (Naciones Unidas, 2006)
Cuadro 1. Población urbana y rural en
el mundo (miles de millones), 1950 a 2030
|
1950
|
1975
|
2000
|
2005
|
2030
|
Mundial
|
2.52
|
4.07
|
6.09
|
6.46
|
8.2
|
Urbano
|
0.73
|
1.52
|
2.84
|
3.15
|
4.91
|
Rural
|
1.79
|
2.56
|
3.24
|
3.31
|
3.29
|
% Urbano
|
29
|
37
|
47
|
49
|
60
|
Fuente: Naciones Unidas, 2006
Según Maugeot (2006), En las ciudades del Sur, los sonidos
de la mañana son muy distintos de los que se escuchan en las ciudades del
Norte. En el Sur, los gallos compiten con la resonancia del temprano tráfico
matutino para anunciar el nuevo día. Al escuchar con mayor atención, podremos
discernir el balido de cabras, el mugido de algún vacuno y, a medida que la
ciudad despierta, los pregones de vendedores ambulantes que ofrecen productos
frescos, pan y otros alimentos elaborados. Si en el Norte la división entre lo
urbano y lo rural es nítida, no es tanto así en el Sur. Aquí la producción
agrícola no se limita a las áreas rurales. Aunque a menudo las autoridades le
frunzan el ceño, la agricultura urbana (AU) es una realidad en la mayoría de las
ciudades del Sur. En algunas incluso, juega también un rol significativo, pues
provee cierta medida de seguridad alimentaria y de ingresos para una población
urbana en rápido crecimiento.
En los últimos 50 años la mayoría de
los países en desarrollo ha experimentado un traslado masivo de su población
desde sus áreas rurales y hacia sus áreas urbanas. Hasta la segunda mitad del
siglo XX, los pueblos del mundo en desarrollo estaban asentados
predominantemente en áreas rurales. De hecho, a mediados de los años 1900,
menos de 20% de las personas en los países en desarrollo vivían en ciudades
grandes o pequeñas. Pero al comenzar este nuevo milenio, ese porcentaje se había
más que duplicado como se muestra en la figura 1.
El Consejo Nacional de Investigaciones
de EE UU estima que en 2030 vivirán más personas en áreas urbanas (4.100
millones) que en áreas rurales (3.100 millones) en los países de ingresos
medianos y bajos. Desde ahora y hasta entonces, casi todo el crecimiento demográfico
tendrá lugar en las ciudades de países en desarrollo, donde algunas están
creciendo dos o tres veces más de prisa que la población total del país donde
están ubicadas. Esta tendencia equivale a sumarle al planeta una nueva ciudad
de un millón de habitantes todas las semanas. (UN-HABITAT 2004).
El fenómeno de la migración
rural-urbana no sólo se da en el Sur. En América del Norte y Europa, las
personas han venido abandonando la vida rural desde la revolución industrial
del siglo XIX. Esta tendencia se aceleró tras la Segunda Guerra
Mundial, con el resultado de que hoy en día alrededor de tres cuartos de la
población del Norte vive en áreas urbanas (Figura 1). Sin embargo, el
crecimiento de la población urbana en el mundo desarrollado ahora se ha frenado,
hasta cifrarse en tan sólo un 0,4% por año, mientras que en los países en
desarrollo la población urbana sigue creciendo a una tasa anual de 2,3%.
En otras palabras, si bien el Norte ya
es mucho más urbano, en los países en desarrollo las áreas urbanas están
creciendo mucho más rápido que en el Norte, y sus poblaciones son mayores (UN-HABITAT 2004).
En el futuro próximo, la
urbanización se presenta como uno de los principales problemas de la humanidad.
Para el año 2015 se espera que unas 26 ciudades en el mundo tengan 10 millones
de habitantes o más. Actualmente, para alimentar a una ciudad de ese tamaño -
por ejemplo Tokio, São Paulo o Ciudad de México – es necesario importar al
menos 6.000 toneladas de comida al día (FAO-SOFA 1998).
2.1.2.
Crecimiento de la
pobreza urbana
La mayoría de las personas pobres en los países en desarrollo vive
en áreas rurales (UNDP, 1998). Sin embargo, también se ha extendido la pobreza
urbana, y está creciendo. El Banco Mundial estima que mundialmente, el 30% de
las personas pobres vive en áreas urbanas. Para 2020 el porcentaje crecerá,
según proyecciones, a un 40% y para 2035 la mitad de los pobres en el mundo
vivirán en áreas urbanas (Ravallion, 2001).
En 1988 el Banco Mundial calculó de manera prudente que unos 330
millones de pobres urbanos en el mundo en desarrollo vivían con menos de US$1
al día. En el año 2000 se aumentó la proyección a 495 millones. En más de la
mitad de los países en desarrollo con datos acerca de la pobreza, según la
definen los mismos países, por lo menos un residente urbano de cada cinco vive
por debajo del nivel de pobreza nacional. (Banco Mundial, 2002).
El África subsahariana tiene uno de los niveles de pobreza urbana
más altos en el mundo, que abarca más del 50% de las poblaciones urbanas en
Chad, Níger y Sierra Leona. Los países del África del Norte y del Cercano
Oriente tienen niveles de pobreza urbana cerca del 20% o por debajo. En Asia
los porcentajes más altos se encuentran en India, con un 30%, y Mongolia con un
38%.
En América Latina y el Caribe, la pobreza en la región se está
urbanizando, a fines de los noventa, seis de cada diez pobres habitan en zonas
urbanas. América Latina es la región en desarrollo que ejemplifica el proceso
mundial de “urbanización de la pobreza”. En ninguna parte del mundo resulta tan
evidente la urbanización de la pobreza.
La pobreza urbana puede ser más destructiva que la pobreza rural
porque en las áreas urbanas, a diferencia de las áreas rurales, el acceso a
prácticamente todos los productos y servicios depende del ingreso en efectivo
que se tenga disponible.
Además, los servicios que habitualmente el gobierno ofrece
gratuitamente en las áreas rurales, tales como estudios primarios, por lo
general tienen un costo para los hogares en las áreas urbanas (por ejemplo,
cuotas de la escuela y gastos para los uniformes, libros y transporte). Los
residentes urbanos tienen que comprar la mayoría de sus alimentos, mientras que
los residentes rurales producen una parte considerable de los mismos, y los
precios de los alimentos por lo general son más altos en las áreas urbanas que en
áreas rurales. Los hogares urbanos gastan del 60% al 80% de sus ingresos en
alimentos y pagan hasta un 30% más por éstos que los hogares rurales (Argenti,
2000).
2.2.
TENDENCIAS NACIONALES
2.2.1. La pobreza y evolución de la población urbana
Arias y Bendini (2006), indican que Bolivia
enfrenta grandes niveles de persistente pobreza y desigualdad. Durante el
período 1993 a 1999, las tasas de crecimiento que promediaban 4,7% anual y
superaban las de otros países andinos dieron lugar a una disminución de la
pobreza urbana de 52% a 46%. Este logro se vio rápidamente revertido debido a
la crisis económica de fines de los años noventa. Ya en 2002, 65% de la
población vivía nuevamente en condiciones de pobreza y 40%, en pobreza extrema.
Además, la desigualdad de ingreso aumentó de manera significativa durante los
años 1997 a 2002, situación que transformó a Bolivia, junto a Brasil y Chile,
en uno de los países de mayor desigualdad de ingreso de la región. Esta alta
desigualdad de ingreso refleja disparidades significativas en los activos (por ej.,
en educación y tenencia de tierras), el tamaño del hogar y las diferencias de
ingreso por género, origen étnico, ubicación geográfica y tipo de empleo.
Según Landa (2002), En Bolivia la
pobreza aumentó entre 1999 y 2001 en 3.13 puntos porcentuales (de 62.26% a
64.39%), entinto que la pobreza extrema aumento en 1.37 puntos porcentuales (de
35.92% a 37.29%) como indica el cuadro 4. Las mayores diferencias se observan
en el área urbana con un crecimiento de la pobreza de 3.72 puntos porcentuales
comparados con el aumento de 1.86 puntos porcentuales en el área rural.
Cuadro 2. Porcentaje de pobreza y pobreza extrema, según área de
residencia.
Área
|
POBREZA
|
POBREZA EXTREMA
|
||||
Noviembre
1999
|
Noviembre
2000
|
Noviembre
2001
|
Noviembre
1999
|
Noviembre
2000
|
Noviembre
2001
|
|
BOLIVIA
|
62.26
|
65.47
|
64.39
|
35.92
|
39.17
|
37.29
|
Urbana
Ciudad Capital
Rural
|
51.72
46.82
80.12
|
54.47
52.03
84.54
|
54.28
50.54
81.06
|
23.65
20.66
56.72
|
27.93
25.69
58.66
|
26.18
22.28
55.60
|
Fuente: MECOVI 1999, 2000 Y 2001, Citado
por Landa (2002)
El proceso de urbanización en Bolivia
devino en la concentración de la población en tres grandes centros urbanos o
zonas metropolitanas: La Paz (EL Alto), Cochabamba y Santa Cruz. La población
urbana se concentró en dieciséis ciudades intermedias y una centena de de
ciudades pequeñas, que presenta una nueva estructura urbana que se diferencia
entre las ciudades principales y el resto de los asentamientos humanos
(Antequera, 2007). El mismo autor indica que las reformas tales como la reforma
agraria, la reforma urbana, los esfuerzos de industrialización, la marcha hacia
el oriente, la crisis del modelo nacionalista, la implementación de la nueva Política
Económica de los ochenta y el programa de ajuste estructural de los noventa
dieron lugar a un mayor crecimiento urbano.
Según
la FAO (1998), casi todos los habitantes urbanos son consumidores netos de alimentos, pero
no todos los habitantes de zonas rurales son productores netos de alimentos.
Muchos pequeños agricultores y trabajadores agrícolas son compradores netos de alimentos,
ya que no poseen tierras insuficientes para producir los alimentos que
necesitan para sus familias. Incluso en las zonas rurales, donde la producción
de alimentos básicos y la agricultura son ocupaciones importantes para la mayor
parte de los hogares pobres, la gran mayoría de estos hogares pobres son compradores
netos de alimentos (Figura 2). La proporción de hogares pobres que son
compradores netos varía del 45,7% en Camboya a más del 87% en Bolivia, y para
cinco de los siete países la proporción es superior al 50%.
Por otro lado, según un informe de Naciones Unidas y la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL) El coste de la desnutrición infantil en
Bolivia supone casi el seis por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del
país, dicho estudio, denominado "El costo del hambre en Bolivia" y
elaborado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas y la CEPAL , refleja que el
impacto económico de la desnutrición infantil en el país suramericano fue de
552 millones de dólares en 2005, año en que se centra este informe.
El costo público y privado en salud se incrementó en 14 millones de dólares
por la mayor atención de patologías derivadas de la desnutrición infantil. La
desnutrición también llevó a que 1.936 alumnos repitieran el año en primaria y
secundaria, debido a la inasistencia a clases. Así, la tasa de reprobación
escolar significó un costo adicional de operación del sistema educativo
boliviano de más de 400.000 dólares.
Por otra parte, la menor escolaridad debido a problemas de desnutrición
derivó en la pérdida de productividad de 219 millones de dólares. Otros 319
millones de dólares en productividad se perdieron por la muerte de personas con
desnutrición, que ese año pudieron haberse integrado a la fuerza laboral boliviana.
En suma, el impacto económico de la desnutrición infantil supone el 5,8 por
ciento del PIB, "un lujo que un país como Bolivia no puede
permitirse", según este informe, que recomienda reducir al menos al 2,5
por ciento la desnutrición global para disminuir a un tercio los costes que se
derivan de este problema.
Finalmente, El PMA y la
CEPAL señalan en su estudio que Bolivia podría ahorrar 254
millones de dólares hasta 2015 si avanza en la erradicación de la desnutrición.
2.2.2. La pobreza en El Alto
Según la FAO (1998); La pobreza y la inseguridad
alimentaria de las áreas urbanas casi nunca son resultado de la falta de
disponibilidad de alimentos. El problema es, más bien, la falta de acceso a
alimentos, debido a falta de ingresos para comprarlos. Se considera en general
que entregar dinero en vez de alimentos es una respuesta más apropiada al
hambre en las ciudades.
Laruta
(2006), señala que “Antes de la Revolución Nacional de 1952, la que hoy se llama
Ciudad de El Alto, era solo la llegada-partida de los caminos de La Paz a la altiplanicie próxima
y a partir de la distribución de caminos de terracería hacia Oruro, Viacha,
Guaqui y Copacabana.
Luego,
el mismo autor explica como gente emigrante principalmente de áreas rurales van
poblando El Alto en el siguiente cuadro:
Cuadro 3. Población por ciclos históricos: 1960, 1976, 1988, 1992,
2001 y 2005
|
1960
|
1976
|
1988
|
1992
|
2001
|
2005
|
Habitantes
|
30.000
|
95.434
|
307.403
|
405.492
|
649.958
|
953.253
|
Hombres
|
|
|
|
202.502
|
320.235
|
463.069
|
Mujeres
|
|
|
|
202.990
|
327.115
|
490.184
|
Fuente: INE (2001 - 2005)
Como
se puede apreciar, el cuadro demuestra con claridad la verdadera explosión
demográfica que vivió El Alto. Si se toma como punto de partida a 1960, en los
16 años que van entre este año y 1976 su población se triplicó. En los
siguientes 12 años que van hasta 1988, su población había crecido casi 10 veces
más.
Para
1992, es decir 32 años después, su crecimiento había rebasado los 6.000 por
ciento y mantuvo una altísima tasa anual de incremento poblacional,
convirtiéndose para el siglo XXI en una ciudad para muchos misteriosa e
impredecible con sus más de 800.000 habitantes, enorme para el tamaño medio de
las ciudades bolivianas.
A su vez, Yampara (2005), plantea el estudio
de la pobreza en la Ciudad
de El Alto por Distritos en los siguientes cuadros:
Cuadro 4.
El Alto: Pobreza por necesidades básicas insatisfechas
DISTRITO
|
PORCENTAJE DE POBLACIÓN Y DE HOGARES
|
||||||||||||
POBLACIÓN
|
HOGARES
|
||||||||||||
TOTAL POBLACIÓN
(SEGÚN INE)
|
MARGINAL*
|
INDIGENTE*
|
MODERADA*
|
UMBRAL*
|
NECESIDADES BÁS.
SATISFECHAS (NBS)*
|
POBREZA (NBI)*
|
INADECUADOS
MATERIALES*
|
INADECUADOS
ESPACIOS*
|
INADECUADOS
SERVICIOS BÁSICOS*
|
INADECUADOS
ENERGÉTICOS*
|
INADECUADO NIVEL
DE EDUCACIÓN*
|
INADECUADO
ACCESO A SALUD*
|
|
1
|
98.654
|
0,0
|
8,4
|
49,4
|
24,6
|
17,4
|
57,9
|
11,3
|
63,7
|
22,7
|
7,1
|
31,3
|
77,4
|
2
|
75.130
|
0,0
|
19,8
|
70,4
|
8,5
|
0,9
|
90,3
|
18,2
|
71,7
|
54,9
|
9
|
39,7
|
98,2
|
3
|
131.959
|
0,0
|
27,5
|
61,6
|
7,4
|
3,0
|
89,3
|
25,7
|
73,4
|
57,9
|
10,8
|
43,1
|
95,6
|
4
|
90.170
|
0,0
|
31,3
|
54,8
|
9,5
|
3,7
|
86,6
|
30,2
|
70,4
|
51,7
|
12,6
|
47,1
|
92,2
|
5
|
92.107
|
1,0
|
46,8
|
51
|
1,0
|
0,0
|
98,8
|
47,2
|
77,9
|
63,6
|
17,4
|
57,7
|
100
|
6
|
101.493
|
0,0
|
20,7
|
71,3
|
7,5
|
0,2
|
92,1
|
26
|
73,7
|
24,3
|
10,2
|
46,9
|
100
|
7
|
19.774
|
7,0
|
75,1
|
17,8
|
0,1
|
0,0
|
99,5
|
69,8
|
77,8
|
99,0
|
55,9
|
66,2
|
100
|
8
|
38.063
|
4,0
|
61,7
|
34
|
0,3
|
0,0
|
99,3
|
49,9
|
79,1
|
97,7
|
39,7
|
56,8
|
100
|
9
|
2.608
|
0,0
|
67,4
|
31,4
|
0,8
|
0,0
|
99,1
|
82,3
|
73,7
|
99,8
|
82,3
|
77,8
|
100
|
EL
ALTO
|
649.958
|
0,7
|
29,6
|
56,8
|
8,8
|
3,9
|
87,1
|
29,4
|
72,5
|
50,7
|
14,5
|
46,4
|
94,4
|
Fuente: CNPV 2001
* Información del PDM 2001-2005
Ajustado (Consultor Jaime Chumacero).
Observando el gráfico, podremos verificar que
la incidencia de la migración [movimiento de población], es determinante para
señalar los niveles de pobreza existentes, ya que son precisamente las zonas
receptoras de flujos migratorios significativos como los distritos 7 al 9 donde
los niveles de pobreza llegan casi al 100%, mientras que con cierta mejoría se
encuentra el distrito 1, con un 42% de
población que alivia la pobreza. Entonces, demuestra que la ciudad de El alto está
compuesta en su gran mayoría por gente desplazada de áreas rurales, centros
mineros y ciudades intermedias.
Así,
Según Coarite (2005) “La ciudad de El Alto es la más pobre de Bolivia, Por el
método de Línea de Pobreza LP en El Alto 39,7% de población tiene ingreso o
gasto familiar de 240 bolivianos por mes, o sea 8 bolivianos al día (menos de
un dólar americano diario), esto quiere decir que viven en extrema pobreza, o
sea con un ingreso inferior a un dólar diario que no alcanza para cubrir el
gasto para adquirir la canasta básica de alimentos (INE-UDAPE, 2003).
Cabe
hacer notar que por el método de LP después de El Alto está Trinidad con 33,7%
seguido por Sucre con 31,6%. Mientras que por el método de Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI), la población pobre
de El Alto alcanza a 66,9% (Censo, 2001). El ingreso es un indicador muy
importante de la pobreza, además está estrechamente relacionado con el hambre y
la extrema pobreza”. Ahora, según muchos autores la
pobreza sería la causa fundamental entre otras de la inseguridad alimentaria,
ya que ella puede producirse por el desempleo o ingresos insuficientes que no
permite disponer de alimentos necesarios para el consumo de manera adecuada.
Según la FAO (2003), “La erradicación del hambre supone
aumentar el acceso de una persona o familia a los alimentos. El grado de
seguridad alimentaria de los individuos y familias depende en gran parte de las
oportunidades que tienen para mejorar su acceso a activos como la tierra,
además del acceso a los mercados y otras oportunidades económicas”.
Por lo tanto, si uno no produce sus alimentos
y no consigue trabajo, en pocos meses tiene problemas muy serios y más aun si
tiene familias numerosas. Así,
los más afectados ante esta situación son los
niños, como señala Coarite (2005) “La tasa de mortalidad infantil en El
Alto es 64,1 niños muertos por 1000 nacidos vivos. Al respecto, la OMS sostiene que prácticamente
todas las enfermedades de la infancia son prevenibles aplicando medidas
sencillas y de bajo costo. Sin embargo, en El Alto cada día mueren más de
cuatro niños antes de cumplir el primer año. Ahora, si logran sobrevivir, 30,3%
de los niños menores de cinco años adolecen de desnutrición crónica que
debilita el sistema inmune, es decir, que van a tener retardo en la talla
(ENDSA, 2003)”. El mismo autor sostiene que “Cuando los niños padecen hambre y
desnutrición crónica podrían perder el talento y potencial humano, esta
situación podría originar daños irreversibles durante la juventud y en su vida
adulta, por ejemplo, de nada serviría una buena educación. Esto implica también
pocas oportunidades de acceso a empleos bien remunerados”.
2.3.
Agricultura Urbana
2.3.1. Antecedentes
Según, Maugeot (2006), En las ciudades
del Norte, las iniciativas públicas implementadas en el siglo pasado respecto a
la agricultura
urbana promovieron
inicialmente las huertas hogareñas y comunitarias, con el intuido de fortalecer
la seguridad alimentaria en tiempos de guerra o de crisis económica (por
ejemplo, la Ley
de Asignación de Lotes de 1925 en Gran Bretaña y las Huertas de Guerra de
Canadá, 1924–1947). Hoy en día, ciudades como Amsterdam, Londres, Estocolmo,
Berlín y San Petersburgo, en Europa, y Nueva York, Filadelfia, Cleveland,
Montreal, Toronto y Vancouver, en América del Norte, vinculan la AU en
el reciclaje y la conservación de recursos, la terapia y la recreación, la
educación y el abastecimiento seguro de alimentos, la arquitectura ecológica y
la gestión de los espacios abiertos.
El mismo autor indica, que es evidente
que la AU
ha llegado a incluir un amplio y creciente abanico de sistemas de producción,
soluciones técnicas, actores e instrumentos programáticos. Aún más importante,
la migración de personas del Sur hacia ciudades del Norte contribuye a colorear
y a diversificar los valores y las normas culturales de la sociedad local. La AU
permite que muchos grupos minoritarios se vinculen de manera muy concreta entre
sí y con la nueva cultura que los rodea. Por ejemplo, así como sucede en muchas
ciudades del Sur, en Montreal fueron los inmigrantes italianos los que
encabezaron el movimiento de huertas comunitarias en esta ciudad en los años
1970.
Los servicios que así brindan la AU a la
ciudad y a su gente le granjean mayor apoyo político para su crecimiento y,
cuando son bien manejados, permite que la
AU
aporte para que la ciudad reduzca su huella
ecológica. Por lo tanto, la
AU
puede tornarse en uno de los puentes que permitan a nuestras ciudades cruzar el
río hacia un mundo más sostenible.
Sin embargo, en el Sur, esos mismos
países que, aun más que en el Norte, podrían beneficiarse con políticas
favorables a la AU ,
son en general aquellos donde menos, hasta la fecha, se han desarrollado tales
políticas. No obstante, la buena noticia es que este panorama ha venido
cambiando rápidamente, en los últimos 10 a 15 años. Como podrá verse en este libro,
en el Sur un número cada vez mayor de gobiernos nacionales y municipales están
reconsiderando la AU.
Si bien es cierto que la experiencia del Norte mantiene para
ellas cierta relevancia, las ciudades del Sur están tomando conciencia de que
necesitan sobre todo innovar y aprender de sí mismas: su enfoque debe adecuarse
a sus propias condiciones, debe satisfacer sus propias necesidades y debe
adaptarse a sus propios medios. Cada vez más, las ciudades de los países en
desarrollo están experimentando e intercambiando sus innovaciones con otras
ciudades del Sur, al igual que lo hacen también en forma creciente con ciudades
del Norte.
Según,
IDRC (International development research centre) 2006, el crecimiento de la
agricultura urbana tuvo mucha colaboración y existen muchos ejemplos. Para citar sólo algunos:
III.
Durante
los años 1980, el IDRC respaldó varios estudios sobre AU en África Subsahariana. El Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hizo un uso generoso de los
hallazgos de estas investigaciones tempranas sobre AU en su libro, publicado en 1996 y
titulado Urban Agriculture:
Food, Jobs and Sustainable Cities (Agricultura urbana: Alimento,
Trabajo y Ciudades Sostenibles).
IV.
En
su informe anual de 1996 sobre el Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación ,
presentado en Roma durante la
Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria, la FAO
incluyó una sección dedicada a la agricultura urbana basada en buena medida en
investigaciones del IDRC y de la
Universidad de la ONU.
V.
En
1999, la FAO
hizo un llamado a la coordinación de su programación sobre agricultura
peri-urbana. El IDRC fue invitado por la FAO a la sesión que
adoptaría esta resolución y su representante hizo una intervención plenaria en
apoyo a la misma.
VI.
En
2000, el IDRC, UN-HABITAT y la FAO
reunieron a alcaldes de América Latina y el Caribe en Quito, Ecuador, en un
taller internacional para fortalecer la seguridad alimentaria y la gobernanza
municipal participativa. Este evento y sus resultados se discuten en este
libro.
VII.
En
2001, durante una sesión especial de la Asamblea General
de la ONU
(Estambul), la FAO ,
UN-HABITAT y el IDRC organizaron un evento paralelo:
“Alimentos para las Ciudades: Urbanización, Seguridad Alimentaria y Gestión
Urbana”.
VIII. En 2002, en un taller convocado en
Nairobi por UN-HABITAT, la FAO , el IDRC, la RUAF (Resource centres
on urban agricultura & food security), la iniciativa Cosecha Urbana del Grupo Consultivo sobre
Investigación Agrícola Internacional (CGIAI) y delegados de gobiernos africanos,
revisaron la experiencia mundial con los programas de crédito e inversión para
la agricultura urbana. Las lecciones y recomendaciones que salieron de este
evento fueron compartidas ulteriormente con los delegados al Segundo Foro
Urbano Mundial, en 2004, en Barcelona.
En todo el mundo los arqueólogos
rutinariamente descubren restos de ingeniosas obras hidráulicas y de
acondicionamiento de tierras en gran escala, dentro y alrededor de las ciudades
de antiguas civilizaciones. Hay evidencias de que se practicaba la producción
agrícola urbana con una multiplicidad de propósitos: alimentos y forraje,
materiales de construcción, cercado e incluso plantas medicinales. La AU
proliferó desde los jardines amurallados de la antigua Persia hasta los puestos
de avanzada del imperio romano en Argelia y Marruecos, desde los
pueblos-monasterio de la Europa
medieval hasta las ciudades - estado de los aztecas y el cultivo en terrazas de
Machu Picchu, en las alturas de los Andes peruanos (Mougeot 1994).
Hoy tenemos mega ciudades, definidas
como ciudades de 10 millones de habitantes o más. Hace apenas 30 años sólo
había cinco mega ciudades en todo el mundo, tres de ellas en países en
desarrollo. Se prevé que durante la próxima década el número de mega ciudades
subirá a 23, 19 de las cuales situadas en países en desarrollo. Pero las mega
ciudades representan sólo la punta del iceberg urbano. Las estadísticas estiman
que en 2015 habrá en el mundo no menos de 564 ciudades de un millón de
habitantes o más, 425 de ellas podrán visitarse en países hoy en día
considerados en desarrollo.
Una consecuencia previsible de este
cambio demográfico masivo es el crecimiento de las poblaciones pobres en las
ciudades. Muchos emigrantes llegarán a las ciudades sin recursos, trayendo
consigo sólo lo que puedan cargar. El empleo es en general difícil de conseguir
y la mayoría de los pobres en zonas urbanas viven en barrios marginados y
asentamientos precarios, sin agua limpia, saneamiento ni atención de la salud
adecuados. El nivel mundial de la pobreza urbana, estimado actualmente en un
30%, se prevé que estará entre 45% y 50% en 2020, y prácticamente todo este
incremento tendrá lugar en los países menos desarrollados del mundo (UN-HABITAT 2004).
Entonces surge la cuestión de los
alimentos. Para los pobres que viven en áreas urbanas, los alimentos se han
convertido en lo que sólo puede llamarse un "lujo básico". Desde
Calcuta a Kinshasa, desde Lima a Lagos, los hogares gastan hasta el 80% de sus
ingresos en la adquisición de alimentos (PCC 1990).
Según Mougeot (1994);
En muchas ciudades africanas es habitual que las familias sólo tomen una
comida en el día. La malnutrición y los problemas de salud correspondientes son
lugares comunes. No es de extrañar, entonces, que un número creciente de
personas busque cómo complementar las magras cantidades de comida que están en
condiciones de comprar.
2.3.2. Definiciones
El concepto de agricultura urbana todavía no logra un consenso
entre los investigadores en el ámbito internacional, uno de sus complejidades
resulta de definir donde termina la ciudad y donde comienza lo rural. Cada
pueblo, ciudad, país tiene sus propias características con relación a límites
urbano-rural, lo que puede ser rural en algún lugar, puede ser considerado
urbano en otro. Sin embargo, es necesario tener un conjunto de conceptos para
poder aplicarlos según sea el caso de estudio. A continuación se hace un breve
recuento de algunos conceptos:
Según Red Aguila (1999), Se llama
Agricultura Urbana (AU) a la practica agrícola y pecuaria en las ciudades, que
por iniciativa de los productores/as afincados muchas veces en los barrios
marginales, villorrios, favelas, rancherías, barriadas y/o pueblos jóvenes y
periurbanos, colindantes a las ciudades; utilizan los mismos recursos locales,
como mano de obra, espacios, agua y desechos sólidos orgánicos y químicos, así
como servicios, con el fin de generar productos de autoconsumo y también
destinados a la venta en el mercado.
Para la FAO , 1999 la Agricultura urbana y
periurbana (UPA) ocurre dentro y en la periferia de las ciudades en todo el
mundo, e incluye productos agrícolas y pecuarios, pesca y selvicultura desde el área urbana y del área
periurbana. También incluye productos forestales no madera, así como servicios
ecológicos provenientes de la agricultura, pesca y la selvicultura. A menudo
existen múltiples sistemas agrícolas y de jardinería en o cerca a la ciudad. También,
indica que se refiere a prácticas agrícolas dentro y alrededor de las ciudades,
las cuales compiten por recursos (tierra, agua, energía y mano de obra) que
podrían destinarse también a otros fines para satisfacer las necesidades de la
población urbana.
Agricultura urbana se ha definido como
‘...una industria que produce, procesa y comercializa alimentos y combustible,
en gran parte en respuesta a la demanda diaria de los consumidores de un
pueblo, ciudad o metrópolis, sobre la tierra y agua que están dispersados en
toda el área urbana y periurbana, aplicando métodos de producción intensivos,
usando y reutilizando recursos naturales y desechos urbanos, para producir una
diversidad de cultivos y animales. (UNDP 1996)
IPES (Promoción del desarrollo
sostenible), 2009 La agricultura urbana (AU) incluye la producción y/o
transformación inocua de especies agrícolas (hortalizas, frutales, plantas
medicinales, etc.) y la crianza de animales menores para el autoconsumo o la
comercialización en áreas intra y periurbanas de las ciudades. La AU aprovecha
en forma eficiente y sostenible los recursos e insumos locales (suelo, agua,
residuos, mano de obra, entre otros), respetando los saberes y conocimientos
locales, y construyendo tejido social.
Según Santandreu (2007), indica que La Agricultura Urbana es un concepto
multidimensional que incluye la producción, la transformación y la prestación
de servicios, de forma segura, para generar productos agrícolas (hortalizas,
frutas, plantas medicinales, ornamentales, cultivados o provenientes de la agro
extracción etc.) y pecuarios (animales de pequeño, mediano y gran tamaño)
orientados al auto consumo, los trueques y las donaciones y/o la
comercialización, (re) aprovechando en forma eficiente y sostenible, los
recursos e insumos locales (suelo, agua, residuos, mano de obra, conocimientos etc.).
Estas actividades pueden ser practicadas tanto en los espacios intraurbanos
como en los periurbanos, estando vinculadas a las dinámicas urbanas o de las
Regiones metropolitanas y articuladas con la gestión territorial y ambiental de
las ciudades.
El mismo autor señala que para
entender mejor la definición de la Agricultura Urbana se debe dividir las actividades
relacionadas en cinco categorías:
• Producción, incluyendo: Agrícola
y pecuaria de hortalizas, plantas aromáticas y medicinales, frutales, plantas ornamentales.
También, pequeños, medianos y grandes animales,
peces, agro extracción etc.; De insumos como semillas, plantones, compost, humus,
etc. Rehusó de agua y reaprovechamiento de residuos sólidos.
• Transformación de por lo
menos un producto de la AUP, de forma artesanal, en pequeña agroindustria
familiar y/o comunitaria, promovida por la sociedad civil o por el poder
público.
• Comercialización bajo la
forma del comercio justo de productos in natura o transformados en la cadena de
producción urbana y en mercados institucionales (convencionales a los
orgánicos) formales e informales.
• Auto consumo, trueques y
donaciones a espacios institucionales o a la población y la comunidad.
• Prestación de Servicios
en investigación, capacitación, generación de tecnologías, asesorías, créditos
locales y otros.
Un concepto bastante completo de la agricultura urbana
lo propone Luc Mougeot (2000), que indica que: “La agricultura urbana está
ubicada dentro (intraurbana) o en la periferia (peri-urbana) de un pueblo, una
ciudad o una metrópoli, y cultiva o cría, procesa y distribuye una diversidad
de productos alimentarios y no alimentarios, (re)utilizando en gran medida
recursos humanos y materiales, productos y servicios que se encuentran en y
alrededor de dicha zona, y a su vez provee recursos humanos y materiales,
productos y servicios en gran parte a esa misma zona urbana”. Según el
autor, el vínculo ecosistémico urbano de la agricultura urbana en todo su marco
conceptual aún no ha sido desarrollado en toda su extensión.
En la actualidad su conceptualización ofrece una definición
genérica y algunas indicaciones de sus rasgos distintivos. Resalta que la
agricultura urbana es diferente y complementa a la agricultura rural en los
sistemas locales de alimentación y es una agricultura que está integrada al
sistema económico y ecológico urbano.
El grupo nacional de agricultura urbana del ministerio
de agricultura de Cuba la define “como la producción de alimentos dentro del
perímetro urbano aplicando métodos intensivos, teniendo en cuenta la relación
hombre-cultivo-animal-medioambiente y las facilidades de la infraestructura
urbanística que propicia la estabilidad de la fuerza de trabajo y la producción
diversificada de cultivos y animales durante todo el año, basándose en
practicas sostenibles que permiten el reciclaje de los desechos” (MINAGRI, Cuba,
2002). Esta definición aunque peca de idealismo sirve como referencia para
entender el contexto ideológico sobre la práctica de la agricultura al interior
de las ciudades, aparece los elementos principales como la sostenibilidad, y la
relación hombre-naturaleza. Desde esta perspectiva la AU esta integrada al sistema
económico y ecológico de la ciudad, por lo tanto forma parte del ecosistema de
la ciudad, interactúa con los sistemas de producción tradicionales.
Ahora, si analizamos los diferentes conceptos y
definiciones se pueden considerar varias modalidades de intervención:
De producción: que comprende la producción agrícola (cereales, horticultura, hierbas aromáticas
y medicinales, y fruticultura); la producción de árboles, para la provisión de alimentos,
madera y combustibles; la producción de flores y plantas ornamentales; la hidroponía
(cultivo sin uso de tierra o sustrato) y piscicultura. También se contempla la producción
pecuaria (crianza de animales menores y mayores) y la apicultura; en varios lugares
se han empezado a utilizar el manejo, reciclaje y uso de residuos sólidos y líquidos
con fines productivos.
De transformación y comercialización: que comprende la transformación de cosechas en diversos productos
terminados; así como la comercialización de la producción y distribución de los
productos en mercados locales o regionales.
También, nos permite distinguir tres dimensiones del fenómeno de la agricultura urbana: su dimensión social, la dimensión política y la dimensión ambiental. Cada una de las cuales analizaremos en el contexto urbano.
Finalmente, podemos
concluir con que la gran variedad de actividades que se pueden catalogar como
agricultura urbana hace que su conceptualización sea difícil, e incluso que se
le llegue a rechazar como objeto de estudio. De manera simple podemos decir que
la agricultura urbana es toda aquella actividad agrícola que se da dentro o en
la periferia de las ciudades.
2.3.3.
Actividades de la agricultura urbana
Consideramos como líneas de actividades productivas, dentro de la
agricultura urbana, las siguientes:
El Manejo de Residuos, tanto los sólidos, como el compost y los
abonos verdes, como el reciclaje de materiales para fines productivos, así como
los líquidos con doble uso.
Por lo tanto, la tanto la agricultura urbana aprovecha los desechos
generados por la ciudad para producir algunos productos que son transformados y
vuelven a la ciudad a cubrir algunas demandas de la población.
2.3.4. Beneficios
Según IPES (2003), Existe cuatro buenas razones para interesarse en la Agricultura Urbana :
IX.
El hambre aumenta, En América Latina, en menos de
treinta años, el número de personas que cada día duermen con hambre aumentó en
un 20%, alcanzando los 65 millones de personas.
X.
Medicina natural para todos, Los pobres gastan entre
el 40 y 60% de sus escasos ingresos en alimentación y casi un 15% en gastos de
salud y medicinas. La producción de plantas medicinales y productos derivados
como infusiones, extractos y esencias facilita el acceso a la salud de los/as
más pobres y excluidos/as.
XI.
Los residuos y las aguas tratadas al servicio de la
seguridad alimentaria urbana Sólo el 2% de los residuos que producen nuestras
ciudades son tratados adecuadamente. Millares de metros cúbicos de aguas
residuales son desperdiciados o tratados a un costo elevado. Sin embargo,
pueden transformarse en excelentes fuentes de abono, agua para riego y un
complemento alimenticio para los animales.
XII.
Empleo de bajo costo y generación de ingresos, La Agricultura Urbana
(AU) genera empleos cuyo costo de inversión es muy bajo en relación a los
costos estimados para otros sectores productivos. Crear empleo en AU cuesta
menos de 500 dólares, y su inversión puede ser recuperada con micro-créditos.
Estos beneficios en las áreas de alimentación, salud, ambiente
y creación de empleos explican porqué más y más municipios quieren desarrollar
y modernizar su AU.
Para la FAO (2000), La producción alimentaria urbana y peri-urbana puede contribuir al:
• Abastecimiento local de alimentos frescos y
nutritivos (carne de pollo y de pequeños rumiantes, frutas, vegetales,
productos lácteos);
• Alivio de la pobreza y una mejora de la seguridad
alimentaria mediante el consumo de productos cultivados directamente,
generación de empleo e ingresos;
• Manejo ambiental eficiente a través del uso
productivo de desechos orgánicos como fertilizantes;
• Uso productivo de espacios abiertos, adecuados y no
utilizados, que contribuyan a la biodiversidad y al manejo de cuencas.
La Agricultura Urbana es
una fuente
de empleo e ingresos para estos grupos vulnerables, que les permita
salir de su situación de pobres o pobres extremos, ya que no requiere de mano
de obra especializada, tal como se refleja en recientes estudios los cuales
demuestran que la mayoría de agricultores urbanos en las ciudades son mujeres;
en Rosario, Argentina, el 63% son mujeres y en Villa María del Triunfo – Lima,
Perú, el 76% son mujeres, en la mayoría son inmigrantes o la primera generación
de estos. Asimismo, experiencias de ciudades de la Región demuestran que se
requiere una inversión de USD 500 para la generación de un puesto de trabajo en
Agricultura Urbana, e inclusive esta es recuperable a través de sistemas de
micro-crédito con características inclusivas (Merzthal, 2004). El mismo autor indica
que cada vez más y más tomadores de decisiones y formuladores de
políticas de las ciudades que vienen promoviendo el desarrollo e
institucionalización de la Agricultura urbana a nivel local, desarrollando
buenos ejemplos sobre:
1. Integración de la AU en
los marcos normativos municipales:
(Planes Estratégicos, de Desarrollo, directores, etc.): planes parciales
(planes de mejoramiento barrial, planes parciales de desarrollo y de renovación
urbana, etc.) y normativa municipal para el ordenamiento territorial
(zonificación urbana, periurbana, rural municipal, reglas y normas para
distritos o zonas agrícolas, normas para los parques y los espacios públicos,
normas para nuevas lotizaciones y para renovación urbana).
2. Elaboración de marcos jurídicos y legales que
faciliten el desarrollo de las diferentes actividades de la Agricultura Urbana:
producción de insumos, producción, transformación y comercialización.
3. Desarrollo e implantación
de instrumentos de dirección,
planificación, gestión e implantación de la Agricultura Urbana a nivel
municipal.
Santandreu (2007), señala
que uno de los beneficios que aporta la agricultura urbana es el
aprovechamiento de diferentes terrenos ubicados en la ciudad que se reflejan en
el cuadro 1.
Cuadro 6. Tipología de espacios posibles para
la agricultura urbana.
Tipología
|
Espacios característicos
|
Espacios Privados
|
Lotes vacíos;
Terrenos
baldíos particulares;
Losas y
techos;
Patios (con o
sin pavimento) y balcones;
Áreas
periurbanas;
Áreas verdes
en conjuntos habitacionales.
|
Espacios Públicos
|
Terrenos de
propiedad Municipal, Estadual y Federal con espacios posibles de
utilización:
|
Verdes Urbanos
|
Plazas y
Parques, bermas centrales;
|
Institucionales
|
Escuelas y
Guarderías;
Postas de
Salud;
Hospitales;
Cárceles;
Edificios
Públicos y privados.
|
No Edificables
|
Laterales de
vías férreas;
Laterales de
carreteras y avenidas;
Márgenes de
riachuelos, ríos y lagunas;
Áreas
inundables;
Franjas bajo
líneas de alta tensión;
Ambientes
acuáticos (ríos y lagunas).
|
Unidades De
Conservación
|
Áreas de
Protección Ambiental;
Reservas
Ecológicas;
Otras
unidades en las que se permite el manejo y uso para este tipo de actividades.
|
Áreas de Tratamiento
|
Rellenos
Sanitarios;
Lagunas de
oxidación.
|
Fuente: Elaborado por:
Santandreu (2007), en base a estudios de caso
2.3.5.
Agricultura urbana en la agenda política
Según IPES (2003), En
América Latina ya se han dado experiencias de políticas Municipales que promueven
la agricultura urbana. Por ejemplo, en Brasil, el Gobierno Federal de Brasilia
ejecutó el “Programa de Vertilización de la Pequeña Producción
Agropecuaria”, en apoyo a productores pobres con crédito, asistencia técnica y conformación
de microempresas.
En Teresina, Brasil, la Municipalidad apoya un programa de Huertos Comunitarios
para 2500 familias. En Ecuador, el Municipio de Cuenca en 1998 inicio un
programa con instituciones y grupos comunitarios para la producción urbana de
hortalizas, frutales, granos, abonos, animales menores y su comercialización.
Esta actividad se ha incorporado en los planes de ordenamiento territorial y en
la legislación urbana.
En México, el programa de Texcoco, Distrito Federal de México,
busca generar empleos agropecuarios, garantizar alimentos a la población,
promover esta actividad. Para ello creó en 1997 una Dirección de Desarrollo
Rural que apoya actividades de agricultura en el contexto de la ciudad. (Anexo
22)
En Cuba, uno de los países donde mayor éxito ha tenido estas
políticas. Este país cuenta en su Plan Estratégico el desarrollo de la
agricultura urbana, El Programa incluye Granjas Urbanas, Cooperativas de
Créditos y Servicios , Unidades Básicas de Producción Cooperativa , Grupos
Parceleros y Horticultores, Organoponicos, Huertos Intensivos y Fincas para
auto-abastecimiento de entidades estatales. (Anexo 16)
En Camilo Aldao, Argentina, se desarrolla una política activa de
agricultura urbana que integra a la comunidad en proyectos sociales,
ambientales, educacionales y productivos que incluyen cría de aves y vacunos,
huertos familiares, utilización de residuos sólidos y el procesamiento de
alimentos.
Merzthal
(2004), señala que desarrollar
marcos legales y jurídicos facilitadores, es tan importante como crear
mecanismos/herramientas que permitan su desarrollo e implantación a nivel
municipal. Estos instrumentos deben tener un enfoque participativo (que
promuevan la participación de los agricultores/as urbanos/as y otros actores
locales y que promueva asociaciones publico privada, incluyente con equidad de
género, y sustentables). El desarrollo de estos instrumentos permite también la
institucionalización de la AU a nivel intramunicipal y promueve la designación
de recursos humanos y financieros para la AU.
Ejemplos:
En São Paulo, Brasil el
proyecto de Ley 234/2002 propone la creación del Programa Municipal de
Agricultura Urbana y Periurbana en el Municipio de São Paulo, en esta propuesta
se hace una justificación del porque es importante la AU, su sustento político
(inclusión de la AU como estrategia en el Plano Director) y sus directrices. (Anexo
24)
En São Paulo, Brasil el
Programa Municipal se concibe como un instrumento de implantación técnico de la
AU, pero se considera necesario tener un nivel político de reflexión y toma de
decisiones y contar con una plataforma multisectorial que permita coordinar
acciones referentes a AU, optimizando recursos humanos y financieros. En este
contexto se elaboró el proyecto de Ley 545/2002 para la constitución de un Consejo
Municipal de Agricultura Urbana y Desarrollo Rural Sustentable. (Anexo 25)
En Governador Valadares,
Brasil se elaboró un Proyecto de Ley para formalizar legalmente la creación
del Programa de Agricultura Urbana. Este proyecto incluye una presentación del
concepto de Agricultura Urbana en el contexto local, los objetivos y el marco
conceptual del programa. También incluye incentivos fiscales para el desarrollo
de actividades de Agricultura Urbana. (Anexo 26)
La Municipalidad de Villa
María del Triunfo- Lima, Perú, realizo una reestructuración orgánica
buscando responder al Plan de Desarrollo Integral y a la priorización de la
gestión municipal para el combate de la pobreza extrema, es así como el
Programa Municipal de AU creado en el 2002, se convierte este año en una
Subgerencia Municipal que depende de la Gerencia de Desarrollo Económico. Esta
reestructuración se ve reflejada en el Reglamento de Organizaciones y Funciones
(ROF), en el cual se reconoce a la Subgerencia de AU y se describen sus roles y
funciones. Cabe destacar que esto permite asignar recursos humanos y
financieros para la operación de la Subgerencia. Este ejemplo no es a nivel
local, es a nivel departamental, pero se considera interesante su presentación.
(Anexo 27)
La Gobernación del Departamento
del Valle del Cauca, Colombia, por decreto N°1222 del 5 de diciembre de
2003, establece el Comité Departamental de Agricultura Urbana y Periurbana,
como un organismo interinstitucional, asesor y coordinador del Gobierno
Departamental y demás dependencias encargadas de ejecutar políticas y
estrategias para el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria. El Comité está
conformado por representantes gubernamentales, ONG’s, asociaciones de
productores, etc. (Anexo 28)
En Rosario, Argentina,
se formuló un proyecto de decreto que busca la creación de un banco de suelos
de propiedad privada y públicos destinados para actividades de AU, la
administración del mencionado banco de suelos por parte del Programa de AU de
la Municipalidad de Rosario, la simplificación de trámites de gestión de
terrenos y el establecimiento de una ruta de los expedientes ágil, asimismo se
presentan los instrumentos para la cesión de terrenos (convenios) y los
requisitos a cumplir por los grupos productivos para ser beneficiarios de los
terrenos. (Anexo 29)
Soto (2008), muestra en el Cuadro 2 los actores involucrados en la
agricultura en Lima Metropolitana.
Cuadro 7.
Tipos de actores en la agricultura urbana.
Tipo
|
Descripción
|
Organizaciones de agricultores urbanos y
productores
|
Incluye los agricultores urbanos y sus organizaciones representativas
sean estas formales (cooperativas, asociaciones, juntas, etc.) o informales
(redes, plataformas, etc.).
|
Gobierno local
|
Instancias del Municipio como direcciones, gerencias, sub gerencias,
proyectos o programas específicos, etc.
|
Gobierno nacional y regional
|
Ministerios, secretarías técnicas, entidades autónomas, empresas
públicas, etc.
|
Organismos no gubernamentales (ONG) y Fundaciones
|
Asociaciones civiles sin fines de lucro, de desarrollo, de promoción,
etc.
|
Organizaciones Comunitarias
de Base (OCB)
|
Organizaciones sociales y sectoriales de base, organizaciones
vecinales, comunales, barriales, comedores, clubes de madres, clubes
juveniles, etc.
|
Organismos académicos y de
investigación
|
Instituciones educativas como universidades, centros de estudio y
centros de investigación.
|
Sector privado
|
Empresas y otras organizaciones de tipo empresarial y/o comercial.
|
Organismos de Cooperación
|
Instituciones cooperantes nacionales e internacionales y del sistema
Instituciones cooperantes nacionales e internacionales y del sistema.
|
Fuente: Elaborado por: Soto (2008), en base a estudios de caso
2.3.6. Agricultura
Urbana en América Latina
Según FAO
(2010), La agricultura urbana florece en la Región. Así, En Cuba los organopónicos
urbanos cubren aproximadamente 30 mil hectáreas que producen más de 3 millones
de toneladas de verdura fresca al año.
En El Alto, Bolivia, los micro huertos
familiares benefician a más de 500 familias pobres urbanas que viven cerca de
los 4.000 metros, aprovechando el uso de tecnologías apropiadas como las carpas
solares.
En Bogotá, Medellín y Cartagena, en
Colombia, los gobiernos y la cooperación internacional han capacitado a más de
50 mil personas para realizar huertas en diversos espacios urbanos que incluyen
terrazas, azoteas y patios traseros. Se estima que las familias involucradas
ahorran US$ 1.3 al día por la siembra de alimentos.
En el Departamento de Antioquia se
vienen produciendo en 7 500 huertas familiares urbanas y periurbanas, más de 18
especies de hortalizas, frutas y condimentos, en un programa que espera
alcanzar las 23.000 huertas en tres años.
En Curitiba, Brasil, unos 8 mil
agricultores urbanos y 6 mil escolares cultivan alimentos en 1 280 huertas que
ocupan más de 200 hectáreas de suelos urbanos en los que logran producir más de
4 100 toneladas de alimentos. En Belo Horizonte, se ha integrado la AUP en su
política de seguridad alimentaria y en el ordenamiento territorial y uso del suelo
urbano.
En Quito, Ecuador, AGRUPAR promueve
actividades hortícolas y de producción de animales involucrando más de 520
huertas demostrativas, familiares y escolares y más de 100 emprendimientos para
la producción de aves, conejos, cuyes y peces.
En Moreno, Argentina, el programa
municipal de AUP ha implementado 4 860 huertas familiares y 29 huertas
comunitarias beneficiando a más de 5 200 personas.
FAO
(2009), Indica que instituciones de apoyo al desarrollo como la FAO, PNUD, PGU
– ALC, HABITAT, IPES, IDRC, Reino de Bélgica
y representantes de los gobiernos de países Latinoamericanos se reunieron en
tres oportunidades para realizar compromisos
que apoyen el desarrollo de la agricultura urbana en América Latina los
cuales se resumen en las siguientes declaraciones:
2.3.6.1.
DECLARACIÓN DE QUITO
Las ciudades reunidas en la ciudad de
Quito-Ecuador, del 16 al 20 de Abril de 2000, en ocasión del Seminario-Taller
“Agricultura Urbana en las Ciudades del Siglo XXI”, consideran que las ciudades
enfrentan a graves problemas de pobreza,
de inseguridad alimentaria y de desmejoramiento del ambiente. Para lo cual, se
viene desarrollando diversas experiencias de Agricultura Urbana en América
Latina y el Caribe, destinadas al autoconsumo con el propósito de aumentar el consumo
de alimentos, de generar ingresos y empleo a la población vulnerable de las
ciudades, para mejorar la seguridad alimentaria y el ambiente.
Además, reconocen que las experiencias de
Agricultura Urbana presentan limitaciones, pero que también muestran que es
posible el uso de recursos locales y de tecnologías propias, que coadyuvan a
reducir los costos de implementación y asegurar mejoras en los niveles de
calidad de vida de la población. Para lo cual, es necesario ejecutar programas
de capacitación a los gobiernos locales y a los propios agricultores urbanos
para elevar la eficiencia de la Agricultura Urbana. Además, es necesario la
difusión y el intercambio de estas experiencias en la Región para mejorar y
reforzar los esfuerzos y reducir los costos de estos programas.
Al mismo tiempo, recomiendan que se propicien
nuevos, más amplios y frecuentes encuentros e intercambios entre nuestras ciudades y
desarrollen vínculos con otras ciudades en nuestros países, para tratar sobre políticas municipales de
Agricultura y Seguridad Alimentaria Urbana y se haga un seguimiento y
evaluación de las experiencias existentes así como de otras que pudieran surgir
en la Región.
También, exhortan a los gobiernos locales
para que promuevan la Agricultura Urbana en sus ciudades, desarrollen políticas
de estímulo, como las de índole fiscal, y promuevan el relevamiento de
información de las actividades de Agricultura Urbana en sus procesos de
planificación territorial y a los organismos de cooperación técnica y
financiera concedan a la Agricultura Urbana la importancia y especificidad que
tiene la promoción del desarrollo sostenible y sustentable.
Reafirman el compromiso para con la promoción
de las experiencias de Agricultura Urbana, constituyendo el Grupo de Trabajo
“Ciudades y Agricultura Urbana en América Latina y el Caribe”, con el propósito
de reproducir y mejorar las políticas y acciones municipales en Agricultura
Urbana para fortalecer la seguridad alimentaria urbana, enfrentar la pobreza
urbana, mejorar la gestión del ambiente urbano, la salud y desarrollar una
gobernabilidad más participativa y menos excluyente, así como proteger la
biodiversidad urbana con el apoyo del Programa de Gestión Urbana para América
Latina y el Caribe. Finalmente, invitan a todos los actores públicos y privados
a comprometerse con la práctica, la promoción y el apoyo de la Agricultura
Urbana. (Anexo 30)
2.3.6.2. DECLARACIÓN DE LA PAZ
Las ciudades,
organizaciones de la sociedad civil y organismos de cooperación para el desarrollo
reunidos en la ciudad de La Paz, del 20 al 23 de noviembre de 2007, con ocasión
del Seminario Taller de Agricultura Urbana y Periurbana, Estrategias para la
Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe, tomando
en consideración y reafirmando la Declaración de Quito firmada del 16 al 20 de
abril de 2000 en la ciudad de Quito, consideran que las áreas urbanas de
América Latina y el Caribe desde 1950 están presentando un evidente fenómeno de
urbanización acelerada y desordenada. En 1950 y 2000 la población urbana de
América Latina y el Caribe aumentó de 69 millones a 391 millones de habitantes.
En los últimos 30 años el porcentaje urbano subió de 57.4% a 75.5% (CEPAL,
2000).
Además, indican que el crecimiento acelerado tiene
serias implicaciones en las condiciones de vida de los habitantes urbanos como:
el aumento de la pobreza urbana, la inseguridad alimentaria, la exclusión
social y espacial de los pobres y los pobres extremos en las áreas urbanas y
periurbanas de la Región. Por lo cual, reconocen que la agricultura urbana y
periurbana es multifuncional (mejora de la seguridad alimentaria y nutricional,
generación de ingresos complementarios, gestión ambiental, exclusión social, planificación
participativa del territorio, generación de áreas verdes urbanas).
Además, esta actividad se caracteriza por tener un
enfoque multicomponente (productivo/tecnológico, pedagógico/capacitación,
nutricional, organizacional y políticas), y la diversidad de perfiles de los
agricultores urbanos que la practican. Así, existe un crecimiento de proyectos
y programas municipales de agricultura urbana y periurbana en América Latina y
el Caribe, promovido por gobiernos, organizaciones de la sociedad civil,
universidades y organismos de cooperación internacional con diferentes propósitos.
También, los gobiernos nacionales y locales están incluyendo la agricultura
urbana y periurbana como estrategia dentro de las políticas de seguridad
alimentaria y nutricional.
Recomiendan, capitalizar y gestionar el conocimiento
disponible en la Región sobre agricultura urbana y periurbana, identificando y
documentando experiencias, promover un enfoque multi – actoral en el diseño e
implementación de los proyectos, programas y formulación de políticas, fortalecer
la organización de los agricultores/as urbanos y otros actores locales y facilitar
la formulación e implementación de políticas públicas de agricultura urbana y periurbana
a escala local y nacional, promoviendo actividades sobre su importancia para el
desarrollo de la agricultura urbana y periurbana.
Finalmente, invitan a los gobiernos nacionales,
regionales y locales a que promuevan la agricultura urbana dentro de sus
programas de lucha contra el hambre y la pobreza, de seguridad alimentaria, de
promoción del desarrollo local y de mejoramiento del ambiente; a través del
desarrollos de políticas públicas, que financien e inviertan en la agricultura
urbana y periurbana, incorporándola en la planificación y ordenamiento territorial y desarrollando
marcos normativos, legales y regulatorios. (Anexo 31)
2.3.6.3. DECLARACIÓN DE MEDELLÍN
Las ciudades, organizaciones de la sociedad civil y
organismos de cooperación para el desarrollo reunidos en la ciudad de Medellín,
del 13 al 15 de octubre de 2009, con ocasión del Segundo Seminario Taller
Internacional Agricultura urbana: Una herramienta para la Seguridad Alimentaria
y la Lucha contra el Hambre, tomando en consideración y reafirmando la
Declaración de La Paz firmada del 20 al 23 de noviembre de 2007 en la ciudad de
La Paz, consideran que la urbanización acelerada ha generado una inapropiada
planificación del territorio generando problemas en el acceso a servicios
básicos, y una inadecuada gestión ambiental en áreas de crecimiento, reflejada
en la proliferación de viviendas en zonas de riesgo, la ineficiencia del
sistema de saneamiento básico, la contaminación de fuentes hídricas por la
falta de tratamiento de aguas residuales, la acumulación de residuos sólidos en
áreas inadecuadas, el deterioro del suelos y ecosistemas frágiles y la ausencia
de zonas verdes.
Actualmente la región pasa por una serie de crisis
económicas de alza de precios de alimentos e insumos productivos, de cambio
climático y urbanización, para las que tanto instituciones como comunidades
buscan estrategias sostenibles de recuperación. Frente a estas problemáticas los
participantes reconocen que los gobiernos nacionales y locales están incluyendo
la agricultura urbana y periurbana como estrategia dentro de las políticas de
seguridad alimentaria y nutricional y otras políticas de gestión urbana en
América Latina y el Caribe y recomiendan capitalizar y gestionar, como
respuesta sostenible a la crisis, el conocimiento disponible en la Región sobre
agricultura urbana y periurbana, identificando y documentando experiencias,
sistematizando información temática y materiales bibliográficos y audiovisuales
vinculados directamente a la agricultura urbana y periurbana.
Finalmente, invitan a los gobiernos nacionales,
regionales y locales a que promuevan la agricultura
urbana y periurbana dentro de sus programas de lucha contra el hambre y la pobreza,
de seguridad alimentaria, de promoción del desarrollo local y de mejoramiento del
ambiente; a través del desarrollo e implementación de políticas públicas para
fortalecer vínculos e integración con organizaciones de investigación, de
crédito público, de asistencia técnica, con empresas de comercialización, que
financien e inviertan en la agricultura urbana y periurbana, incorporándola en
la planificación y ordenamiento territorial y desarrollando marcos normativos,
legales y regulatorios. A los organismos de cooperación técnica y financiera
para que continúen apoyando el desarrollo de la agricultura urbana y periurbana
y la gestión de conocimiento y fortalecimiento de las capacidades de
instituciones, organizaciones y agricultores(as) de la Región. A los organismos
de investigación y académicos a que investiguen, generen y transfieran conocimiento
tecnológico en temas relevantes a la agricultura urbana y periurbana, y que se
consolidan a través de alianzas con otros actores involucrados al tema y a los
y las agricultore(a)s urbanos a que continúen involucrando en su vida diaria la
producción de alimentos, multiplicando sus conocimientos y participando activamente
del desarrollo de la agricultura urbana y periurbana y la gestión de sus ciudades.
(Anexo 32)
2.3.7. Instituciones
Involucradas en la Agricultura Urbana
IPES ha sido anfitriona de la Red de Agricultura Urbana de Investigaciones en
América Latina (AGUILA). Esta asociación sin fines de lucra busca unir y
articular esfuerzos de las entidades que fomentan la Agricultura Urbana
en América Latina y el Caribe, a través de acciones de investigación,
comunicación, capacitación, gestión, promoción, intercambio y cooperación. Una
importante colaboración es la publicación a través de la web
http://www.ipes.org/aguila/) de la “Revista de
Agricultura Urbana”, revista especializa en difundir diversos temas de
agricultura urbana.
Algunas organizaciones mencionadas son miembros o se apoyan en
otras iniciativas a nivel mundial. Por ejemplo en 1996 se creó la Iniciativa Global
para la Agricultura
Urbana , en el tercer encuentro del Grupo de Ayuda en
Agricultura Urbana (SGUA, siglas en ingles). El principal objetivo de esta
iniciativa es estimular la integración de la agricultura urbana en los planes
de desarrollo a nivel local y nacional de los gobiernos y en los diferentes
involucrados en el tema. El componente más activo de SGUA es el Centro de
Recursos para la
Agricultura y Forestería Urbana (RUAF, siglas en inglés), ubicado
dentro de la consultoría ETC de los Países Bajos, y que cuenta con el apoyo del
gobierno holandés y del Centro Internacional de Investigaciones para el
Desarrollo (CIID) de Canadá.
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