miércoles, 9 de marzo de 2016

CONCEPTO DE AGRICULTURA URBANA

 AGRICULTURA URBANA 


-       INTRODUCCIÓN.

Según estudios realizados sobre pobreza se identifico que las áreas peri urbanas de las ciudades son las que acogen a los migrantes de áreas rurales, quienes forman un cinturón de pobreza, debido principalmente a que son áreas donde por su rápido crecimiento carece de planificación en cuanto  a su desarrollo y generalmente no cuentan con servicios básicos, no tienen presupuesto para sus necesidades por lo cual son catalogadas como pobres según necesidades básicas insatisfechas (NBI).
Luego, las personas cuyos medios de subsistencia dependen casi en su totalidad de las actividades de la producción agrícola y ganadera, están muy limitados para acceder al mercado laboral que ofrecen las ciudades. Por lo cual, muchas familias tienen presente su pasado productor e intentan realizar algunas actividades de cultivo y crianza de animales en donde ahora es su medio de vida, al no estar organizados y conscientes de la importancia de su saber colectivo no realizan demandas de apoyo ante instancias locales.

Sin embargo, existen experiencias exitosas en materia de producción en áreas periféricas de la ciudad, por ejemplo el proyecto que llevo adelante entre la FAO y El Gobierno Municipal de El Alto entre los años 2003 – 2008 denominado “Micro-Jardines Populares en El Alto – Bolivia” del cual realizaron una sistematización que refleja los importantes resultados que se consiguió en el autoconsumo y la comercialización de verduras. Muchas de estas experiencias son de carácter piloto que luego de su ejecución a pesar de los importantes resultados no tiene continuidad. 

Por lo tanto, es importante analizar las actividades y los beneficios que se obtiene con la agricultura urbana, que se podría convertir en una salida para aliviar la pobreza de las familias asentadas en áreas peri urbanas de las ciudades. Por otro lado, es importante señalar que muchas ciudades de América Latina como Lima, Medellín, Sao Paolo, Curitiba, Habana, Quito, Moreno, Rosario y otras implementaron programas de agricultura urbana para combatir la pobreza, contribuir a mejorar la seguridad alimentaria, el medio ambiente y los ingresos familiares.


II.            MARCO TEÓRICO

2.1.        TENDENCIAS MUNDIALES: Crecimiento y Pobreza Urbana

2.1.1.   Un mundo urbanizado

Durante el siglo XX la población del mundo se ha urbanizado de manera acelerada. La cantidad de personas que habitan las ciudades paso de mil millones de habitantes en 1961 a tres mil millones de habitantes en 2003 y se estima que para el 2030 la cifra será cerca de cinco mil millones. Esto significa que el 60% de la población mundial habitará en las ciudades. La proporción total de la población urbana creció del 13% en 1900 al 29% en 1950 y al 49% en 2005 como se puede apreciar en el cuadro 3. (Naciones Unidas, 2006)

Cuadro 1. Población urbana y rural en el mundo (miles de millones), 1950 a 2030


1950
1975
2000
2005
2030
Mundial
2.52
4.07
6.09
6.46
8.2
Urbano
0.73
1.52
2.84
3.15
4.91
Rural
1.79
2.56
3.24
3.31
3.29
% Urbano
29
37
47
49
60
                                   
                                         Fuente: Naciones Unidas, 2006

Según Maugeot (2006), En las ciudades del Sur, los sonidos de la mañana son muy distintos de los que se escuchan en las ciudades del Norte. En el Sur, los gallos compiten con la resonancia del temprano tráfico matutino para anunciar el nuevo día. Al escuchar con mayor atención, podremos discernir el balido de cabras, el mugido de algún vacuno y, a medida que la ciudad despierta, los pregones de vendedores ambulantes que ofrecen productos frescos, pan y otros alimentos elaborados. Si en el Norte la división entre lo urbano y lo rural es nítida, no es tanto así en el Sur. Aquí la producción agrícola no se limita a las áreas rurales. Aunque a menudo las autoridades le frunzan el ceño, la agricultura urbana (AU) es una realidad en la mayoría de las ciudades del Sur. En algunas incluso, juega también un rol significativo, pues provee cierta medida de seguridad alimentaria y de ingresos para una población urbana en rápido crecimiento.

En los últimos 50 años la mayoría de los países en desarrollo ha experimentado un traslado masivo de su población desde sus áreas rurales y hacia sus áreas urbanas. Hasta la segunda mitad del siglo XX, los pueblos del mundo en desarrollo estaban asentados predominantemente en áreas rurales. De hecho, a mediados de los años 1900, menos de 20% de las personas en los países en desarrollo vivían en ciudades grandes o pequeñas. Pero al comenzar este nuevo milenio, ese porcentaje se había más que duplicado como se muestra en la figura 1.

Figura 1. Poblaciones rural y urbana en el Norte y en el Sur, 1950 a 2030 (proyectada). Fuente: UN (2004)
El Consejo Nacional de Investigaciones de EE UU estima que en 2030 vivirán más personas en áreas urbanas (4.100 millones) que en áreas rurales (3.100 millones) en los países de ingresos medianos y bajos. Desde ahora y hasta entonces, casi todo el crecimiento demográfico tendrá lugar en las ciudades de países en desarrollo, donde algunas están creciendo dos o tres veces más de prisa que la población total del país donde están ubicadas. Esta tendencia equivale a sumarle al planeta una nueva ciudad de un millón de habitantes todas las semanas. (UN-HABITAT 2004).

El fenómeno de la migración rural-urbana no sólo se da en el Sur. En América del Norte y Europa, las personas han venido abandonando la vida rural desde la revolución industrial del siglo XIX. Esta tendencia se aceleró tras la Segunda Guerra Mundial, con el resultado de que hoy en día alrededor de tres cuartos de la población del Norte vive en áreas urbanas (Figura 1). Sin embargo, el crecimiento de la población urbana en el mundo desarrollado ahora se ha frenado, hasta cifrarse en tan sólo un 0,4% por año, mientras que en los países en desarrollo la población urbana sigue creciendo a una tasa anual de 2,3%.
En otras palabras, si bien el Norte ya es mucho más urbano, en los países en desarrollo las áreas urbanas están creciendo mucho más rápido que en el Norte, y sus poblaciones son mayores (UN-HABITAT 2004).

En el futuro próximo, la urbanización se presenta como uno de los principales problemas de la humanidad. Para el año 2015 se espera que unas 26 ciudades en el mundo tengan 10 millones de habitantes o más. Actualmente, para alimentar a una ciudad de ese tamaño - por ejemplo Tokio, São Paulo o Ciudad de México – es necesario importar al menos 6.000 toneladas de comida al día (FAO-SOFA 1998).

2.1.2.   Crecimiento de la pobreza urbana

La mayoría de las personas pobres en los países en desarrollo vive en áreas rurales (UNDP, 1998). Sin embargo, también se ha extendido la pobreza urbana, y está creciendo. El Banco Mundial estima que mundialmente, el 30% de las personas pobres vive en áreas urbanas. Para 2020 el porcentaje crecerá, según proyecciones, a un 40% y para 2035 la mitad de los pobres en el mundo vivirán en áreas urbanas (Ravallion, 2001).

En 1988 el Banco Mundial calculó de manera prudente que unos 330 millones de pobres urbanos en el mundo en desarrollo vivían con menos de US$1 al día. En el año 2000 se aumentó la proyección a 495 millones. En más de la mitad de los países en desarrollo con datos acerca de la pobreza, según la definen los mismos países, por lo menos un residente urbano de cada cinco vive por debajo del nivel de pobreza nacional. (Banco Mundial, 2002).

El África subsahariana tiene uno de los niveles de pobreza urbana más altos en el mundo, que abarca más del 50% de las poblaciones urbanas en Chad, Níger y Sierra Leona. Los países del África del Norte y del Cercano Oriente tienen niveles de pobreza urbana cerca del 20% o por debajo. En Asia los porcentajes más altos se encuentran en India, con un 30%, y Mongolia con un 38%.

En América Latina y el Caribe, la pobreza en la región se está urbanizando, a fines de los noventa, seis de cada diez pobres habitan en zonas urbanas. América Latina es la región en desarrollo que ejemplifica el proceso mundial de “urbanización de la pobreza”. En ninguna parte del mundo resulta tan evidente la urbanización de la pobreza.

La pobreza urbana puede ser más destructiva que la pobreza rural porque en las áreas urbanas, a diferencia de las áreas rurales, el acceso a prácticamente todos los productos y servicios depende del ingreso en efectivo que se tenga disponible.

Además, los servicios que habitualmente el gobierno ofrece gratuitamente en las áreas rurales, tales como estudios primarios, por lo general tienen un costo para los hogares en las áreas urbanas (por ejemplo, cuotas de la escuela y gastos para los uniformes, libros y transporte). Los residentes urbanos tienen que comprar la mayoría de sus alimentos, mientras que los residentes rurales producen una parte considerable de los mismos, y los precios de los alimentos por lo general son más altos en las áreas urbanas que en áreas rurales. Los hogares urbanos gastan del 60% al 80% de sus ingresos en alimentos y pagan hasta un 30% más por éstos que los hogares rurales (Argenti, 2000).

2.2.         TENDENCIAS NACIONALES

2.2.1.    La pobreza y evolución de la población urbana

Arias y Bendini (2006), indican que Bolivia enfrenta grandes niveles de persistente pobreza y desigualdad. Durante el período 1993 a 1999, las tasas de crecimiento que promediaban 4,7% anual y superaban las de otros países andinos dieron lugar a una disminución de la pobreza urbana de 52% a 46%. Este logro se vio rápidamente revertido debido a la crisis económica de fines de los años noventa. Ya en 2002, 65% de la población vivía nuevamente en condiciones de pobreza y 40%, en pobreza extrema. Además, la desigualdad de ingreso aumentó de manera significativa durante los años 1997 a 2002, situación que transformó a Bolivia, junto a Brasil y Chile, en uno de los países de mayor desigualdad de ingreso de la región. Esta alta desigualdad de ingreso refleja disparidades significativas en los activos (por ej., en educación y tenencia de tierras), el tamaño del hogar y las diferencias de ingreso por género, origen étnico, ubicación geográfica y tipo de empleo.

Según Landa (2002), En Bolivia la pobreza aumentó entre 1999 y 2001 en 3.13 puntos porcentuales (de 62.26% a 64.39%), entinto que la pobreza extrema aumento en 1.37 puntos porcentuales (de 35.92% a 37.29%) como indica el cuadro 4. Las mayores diferencias se observan en el área urbana con un crecimiento de la pobreza de 3.72 puntos porcentuales comparados con el aumento de 1.86 puntos porcentuales en el área rural.


Cuadro 2. Porcentaje de pobreza y pobreza extrema, según área de residencia.


Área
POBREZA
POBREZA EXTREMA
Noviembre
1999
Noviembre
2000
Noviembre
2001
Noviembre
1999
Noviembre
2000
Noviembre
2001
BOLIVIA
62.26
65.47
64.39
35.92
39.17
37.29

Urbana

Ciudad Capital

Rural



51.72

46.82

80.12

54.47

52.03

84.54

54.28

50.54

81.06

23.65

20.66

56.72



27.93

25.69

58.66

26.18

22.28

55.60

Fuente: MECOVI 1999, 2000 Y 2001, Citado por Landa (2002)

El proceso de urbanización en Bolivia devino en la concentración de la población en tres grandes centros urbanos o zonas metropolitanas: La Paz (EL Alto), Cochabamba y Santa Cruz. La población urbana se concentró en dieciséis ciudades intermedias y una centena de de ciudades pequeñas, que presenta una nueva estructura urbana que se diferencia entre las ciudades principales y el resto de los asentamientos humanos (Antequera, 2007). El mismo autor indica que las reformas tales como la reforma agraria, la reforma urbana, los esfuerzos de industrialización, la marcha hacia el oriente, la crisis del modelo nacionalista, la implementación de la nueva Política Económica de los ochenta y el programa de ajuste estructural de los noventa dieron lugar a un mayor crecimiento urbano.

Según la FAO (1998), casi todos los habitantes urbanos son consumidores netos de alimentos, pero no todos los habitantes de zonas rurales son productores netos de alimentos. Muchos pequeños agricultores y trabajadores agrícolas son compradores netos de alimentos, ya que no poseen tierras insuficientes para producir los alimentos que necesitan para sus familias. Incluso en las zonas rurales, donde la producción de alimentos básicos y la agricultura son ocupaciones importantes para la mayor parte de los hogares pobres, la gran mayoría de estos hogares pobres son compradores netos de alimentos (Figura 2). La proporción de hogares pobres que son compradores netos varía del 45,7% en Camboya a más del 87% en Bolivia, y para cinco de los siete países la proporción es superior al 50%.
.


Por otro lado, según un informe de Naciones Unidas y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) El coste de la desnutrición infantil en Bolivia supone casi el seis por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país, dicho estudio, denominado "El costo del hambre en Bolivia" y elaborado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas y la CEPAL, refleja que el impacto económico de la desnutrición infantil en el país suramericano fue de 552 millones de dólares en 2005, año en que se centra este informe.

El costo público y privado en salud se incrementó en 14 millones de dólares por la mayor atención de patologías derivadas de la desnutrición infantil. La desnutrición también llevó a que 1.936 alumnos repitieran el año en primaria y secundaria, debido a la inasistencia a clases. Así, la tasa de reprobación escolar significó un costo adicional de operación del sistema educativo boliviano de más de 400.000 dólares.

Por otra parte, la menor escolaridad debido a problemas de desnutrición derivó en la pérdida de productividad de 219 millones de dólares. Otros 319 millones de dólares en productividad se perdieron por la muerte de personas con desnutrición, que ese año pudieron haberse integrado a la fuerza laboral boliviana.

En suma, el impacto económico de la desnutrición infantil supone el 5,8 por ciento del PIB, "un lujo que un país como Bolivia no puede permitirse", según este informe, que recomienda reducir al menos al 2,5 por ciento la desnutrición global para disminuir a un tercio los costes que se derivan de este problema.

Finalmente, El PMA y la CEPAL señalan en su estudio que Bolivia podría ahorrar 254 millones de dólares hasta 2015 si avanza en la erradicación de la desnutrición.

2.2.2.    La pobreza en El Alto

Según la FAO (1998); La pobreza y la inseguridad alimentaria de las áreas urbanas casi nunca son resultado de la falta de disponibilidad de alimentos. El problema es, más bien, la falta de acceso a alimentos, debido a falta de ingresos para comprarlos. Se considera en general que entregar dinero en vez de alimentos es una respuesta más apropiada al hambre en las ciudades.

Laruta (2006), señala que “Antes de la Revolución Nacional de 1952, la que hoy se llama Ciudad de El Alto, era solo la llegada-partida de los caminos de La Paz a la altiplanicie próxima y a partir de la distribución de caminos de terracería hacia Oruro, Viacha, Guaqui y  Copacabana.  


Luego, el mismo autor explica como gente emigrante principalmente de áreas rurales van poblando El Alto en el siguiente cuadro:

Cuadro 3. Población por ciclos históricos: 1960, 1976, 1988, 1992, 2001 y 2005


1960
1976
1988
1992
2001
2005
Habitantes
30.000
95.434
307.403
405.492
649.958
953.253
Hombres



202.502
320.235
463.069
Mujeres



202.990
327.115
490.184
           
                Fuente: INE (2001 - 2005)

Como se puede apreciar, el cuadro demuestra con claridad la verdadera explosión demográfica que vivió El Alto. Si se toma como punto de partida a 1960, en los 16 años que van entre este año y 1976 su población se triplicó. En los siguientes 12 años que van hasta 1988, su población había crecido casi 10 veces más.

Para 1992, es decir 32 años después, su crecimiento había rebasado los 6.000 por ciento y mantuvo una altísima tasa anual de incremento poblacional, convirtiéndose para el siglo XXI en una ciudad para muchos misteriosa e impredecible con sus más de 800.000 habitantes, enorme para el tamaño medio de las ciudades bolivianas.

A su vez, Yampara (2005), plantea el estudio de la pobreza en la Ciudad de El Alto por Distritos en los siguientes cuadros:

Cuadro 4. El Alto: Pobreza por necesidades básicas insatisfechas

DISTRITO
PORCENTAJE DE POBLACIÓN Y DE HOGARES
POBLACIÓN
HOGARES
TOTAL POBLACIÓN
(SEGÚN INE)
MARGINAL*
INDIGENTE*
MODERADA*
UMBRAL*
NECESIDADES BÁS.
SATISFECHAS (NBS)*
POBREZA (NBI)*
INADECUADOS
MATERIALES*
INADECUADOS
ESPACIOS*
INADECUADOS
SERVICIOS BÁSICOS*
INADECUADOS
ENERGÉTICOS*
INADECUADO NIVEL
DE EDUCACIÓN*
INADECUADO
ACCESO A SALUD*
1
98.654
0,0
8,4
49,4
24,6
17,4
57,9
11,3
63,7
22,7
7,1
31,3
77,4
2
75.130
0,0
19,8
70,4
8,5
0,9
90,3
18,2
71,7
54,9
9
39,7
98,2
3
131.959
0,0
27,5
61,6
7,4
3,0
89,3
25,7
73,4
57,9
10,8
43,1
95,6
4
90.170
0,0
31,3
54,8
9,5
3,7
86,6
30,2
70,4
51,7
12,6
47,1
92,2
5
92.107
1,0
46,8
51
1,0
0,0
98,8
47,2
77,9
63,6
17,4
57,7
100
6
101.493
0,0
20,7
71,3
7,5
0,2
92,1
26
73,7
24,3
10,2
46,9
100
7
19.774
7,0
75,1
17,8
0,1
0,0
99,5
69,8
77,8
99,0
55,9
66,2
100
8
38.063
4,0
61,7
34
0,3
0,0
99,3
49,9
79,1
97,7
39,7
56,8
100
9
2.608
0,0
67,4
31,4
0,8
0,0
99,1
82,3
73,7
99,8
82,3
77,8
100
EL ALTO
649.958
0,7
29,6
56,8
8,8
3,9
87,1
29,4
72,5
50,7
14,5
46,4
94,4

Fuente: CNPV 2001
* Información del PDM 2001-2005 Ajustado (Consultor Jaime Chumacero).


Observando el gráfico, podremos verificar que la incidencia de la migración [movimiento de población], es determinante para señalar los niveles de pobreza existentes, ya que son precisamente las zonas receptoras de flujos migratorios significativos como los distritos 7 al 9 donde los niveles de pobreza llegan casi al 100%, mientras que con cierta mejoría se encuentra el distrito 1,  con un 42% de población que alivia la pobreza. Entonces, demuestra que la ciudad de El alto está compuesta en su gran mayoría por gente desplazada de áreas rurales, centros mineros y ciudades intermedias.

Así, Según Coarite (2005) “La ciudad de El Alto es la más pobre de Bolivia, Por el método de Línea de Pobreza LP en El Alto 39,7% de población tiene ingreso o gasto familiar de 240 bolivianos por mes, o sea 8 bolivianos al día (menos de un dólar americano diario), esto quiere decir que viven en extrema pobreza, o sea con un ingreso inferior a un dólar diario que no alcanza para cubrir el gasto para adquirir la canasta básica de alimentos (INE-UDAPE, 2003).

Cabe hacer notar que por el método de LP después de El Alto está Trinidad con 33,7% seguido por Sucre con 31,6%. Mientras que por el método de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), la población pobre  de El Alto alcanza a 66,9% (Censo, 2001). El ingreso es un indicador muy importante de la pobreza, además está estrechamente relacionado con el hambre y la extrema pobreza”. Ahora, según muchos autores la pobreza sería la causa fundamental entre otras de la inseguridad alimentaria, ya que ella puede producirse por el desempleo o ingresos insuficientes que no permite disponer de alimentos necesarios para el consumo de manera adecuada.

Según la FAO (2003), “La erradicación del hambre supone aumentar el acceso de una persona o familia a los alimentos. El grado de seguridad alimentaria de los individuos y familias depende en gran parte de las oportunidades que tienen para mejorar su acceso a activos como la tierra, además del acceso a los mercados y otras oportunidades económicas”.

Por lo tanto, si uno no produce sus alimentos y no consigue trabajo, en pocos meses tiene problemas muy serios y más aun si tiene familias numerosas. Así,                                                                                                                                                                                                                                                                  los más afectados ante esta situación son los niños, como señala Coarite (2005) “La tasa de mortalidad infantil en El Alto es 64,1 niños muertos por 1000 nacidos vivos. Al respecto, la OMS sostiene que prácticamente todas las enfermedades de la infancia son prevenibles aplicando medidas sencillas y de bajo costo. Sin embargo, en El Alto cada día mueren más de cuatro niños antes de cumplir el primer año. Ahora, si logran sobrevivir, 30,3% de los niños menores de cinco años adolecen de desnutrición crónica que debilita el sistema inmune, es decir, que van a tener retardo en la talla (ENDSA, 2003)”. El mismo autor sostiene que “Cuando los niños padecen hambre y desnutrición crónica podrían perder el talento y potencial humano, esta situación podría originar daños irreversibles durante la juventud y en su vida adulta, por ejemplo, de nada serviría una buena educación. Esto implica también pocas oportunidades de acceso a empleos bien remunerados”.

2.3.        Agricultura Urbana

2.3.1.   Antecedentes

Según, Maugeot (2006), En las ciudades del Norte, las iniciativas públicas implementadas en el siglo pasado respecto a la agricultura urbana promovieron inicialmente las huertas hogareñas y comunitarias, con el intuido de fortalecer la seguridad alimentaria en tiempos de guerra o de crisis económica (por ejemplo, la Ley de Asignación de Lotes de 1925 en Gran Bretaña y las Huertas de Guerra de Canadá, 1924–1947). Hoy en día, ciudades como Amsterdam, Londres, Estocolmo, Berlín y San Petersburgo, en Europa, y Nueva York, Filadelfia, Cleveland, Montreal, Toronto y Vancouver, en América del Norte, vinculan la AU en el reciclaje y la conservación de recursos, la terapia y la recreación, la educación y el abastecimiento seguro de alimentos, la arquitectura ecológica y la gestión de los espacios abiertos.

El mismo autor indica, que es evidente que la AU ha llegado a incluir un amplio y creciente abanico de sistemas de producción, soluciones técnicas, actores e instrumentos programáticos. Aún más importante, la migración de personas del Sur hacia ciudades del Norte contribuye a colorear y a diversificar los valores y las normas culturales de la sociedad local. La AU permite que muchos grupos minoritarios se vinculen de manera muy concreta entre sí y con la nueva cultura que los rodea. Por ejemplo, así como sucede en muchas ciudades del Sur, en Montreal fueron los inmigrantes italianos los que encabezaron el movimiento de huertas comunitarias en esta ciudad en los años 1970.
Los servicios que así brindan la AU a la ciudad y a su gente le granjean mayor apoyo político para su crecimiento y, cuando son bien manejados, permite que la AU aporte para que la ciudad reduzca su huella ecológica. Por lo tanto, la AU puede tornarse en uno de los puentes que permitan a nuestras ciudades cruzar el río hacia un mundo más sostenible.

Sin embargo, en el Sur, esos mismos países que, aun más que en el Norte, podrían beneficiarse con políticas favorables a la AU, son en general aquellos donde menos, hasta la fecha, se han desarrollado tales políticas. No obstante, la buena noticia es que este panorama ha venido cambiando rápidamente, en los últimos 10 a 15 años. Como podrá verse en este libro, en el Sur un número cada vez mayor de gobiernos nacionales y municipales están reconsiderando la AU. Si bien es cierto que la experiencia del Norte mantiene para ellas cierta relevancia, las ciudades del Sur están tomando conciencia de que necesitan sobre todo innovar y aprender de sí mismas: su enfoque debe adecuarse a sus propias condiciones, debe satisfacer sus propias necesidades y debe adaptarse a sus propios medios. Cada vez más, las ciudades de los países en desarrollo están experimentando e intercambiando sus innovaciones con otras ciudades del Sur, al igual que lo hacen también en forma creciente con ciudades del Norte.


Según, IDRC (International development research centre) 2006, el crecimiento de la agricultura urbana tuvo mucha colaboración y existen muchos ejemplos. Para citar sólo algunos:

III.           Durante los años 1980, el IDRC respaldó varios estudios sobre AU en África Subsahariana. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hizo un uso generoso de los hallazgos de estas investigaciones tempranas sobre AU en su libro, publicado en 1996 y titulado Urban Agriculture: Food, Jobs and Sustainable Cities (Agricultura urbana: Alimento, Trabajo y Ciudades Sostenibles).

IV.          En su informe anual de 1996 sobre el Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación, presentado en Roma durante la Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria, la FAO incluyó una sección dedicada a la agricultura urbana basada en buena medida en investigaciones del IDRC y de la Universidad de la ONU.

V.           En 1999, la FAO hizo un llamado a la coordinación de su programación sobre agricultura peri-urbana. El IDRC fue invitado por la FAO a la sesión que adoptaría esta resolución y su representante hizo una intervención plenaria en apoyo a la misma.

VI.          En 2000, el IDRC, UN-HABITAT y la FAO reunieron a alcaldes de América Latina y el Caribe en Quito, Ecuador, en un taller internacional para fortalecer la seguridad alimentaria y la gobernanza municipal participativa. Este evento y sus resultados se discuten en este libro.

VII.         En 2001, durante una sesión especial de la Asamblea General de la ONU (Estambul), la FAO, UN-HABITAT y el IDRC organizaron un evento paralelo: “Alimentos para las Ciudades: Urbanización, Seguridad Alimentaria y Gestión Urbana”.

VIII.       En 2002, en un taller convocado en Nairobi por UN-HABITAT, la FAO, el IDRC, la RUAF (Resource centres on urban agricultura & food security), la iniciativa Cosecha Urbana del Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (CGIAI) y delegados de gobiernos africanos, revisaron la experiencia mundial con los programas de crédito e inversión para la agricultura urbana. Las lecciones y recomendaciones que salieron de este evento fueron compartidas ulteriormente con los delegados al Segundo Foro Urbano Mundial, en 2004, en Barcelona.

En todo el mundo los arqueólogos rutinariamente descubren restos de ingeniosas obras hidráulicas y de acondicionamiento de tierras en gran escala, dentro y alrededor de las ciudades de antiguas civilizaciones. Hay evidencias de que se practicaba la producción agrícola urbana con una multiplicidad de propósitos: alimentos y forraje, materiales de construcción, cercado e incluso plantas medicinales. La AU proliferó desde los jardines amurallados de la antigua Persia hasta los puestos de avanzada del imperio romano en Argelia y Marruecos, desde los pueblos-monasterio de la Europa medieval hasta las ciudades - estado de los aztecas y el cultivo en terrazas de Machu Picchu, en las alturas de los Andes peruanos (Mougeot 1994).

Hoy tenemos mega ciudades, definidas como ciudades de 10 millones de habitantes o más. Hace apenas 30 años sólo había cinco mega ciudades en todo el mundo, tres de ellas en países en desarrollo. Se prevé que durante la próxima década el número de mega ciudades subirá a 23, 19 de las cuales situadas en países en desarrollo. Pero las mega ciudades representan sólo la punta del iceberg urbano. Las estadísticas estiman que en 2015 habrá en el mundo no menos de 564 ciudades de un millón de habitantes o más, 425 de ellas podrán visitarse en países hoy en día considerados en desarrollo.
Una consecuencia previsible de este cambio demográfico masivo es el crecimiento de las poblaciones pobres en las ciudades. Muchos emigrantes llegarán a las ciudades sin recursos, trayendo consigo sólo lo que puedan cargar. El empleo es en general difícil de conseguir y la mayoría de los pobres en zonas urbanas viven en barrios marginados y asentamientos precarios, sin agua limpia, saneamiento ni atención de la salud adecuados. El nivel mundial de la pobreza urbana, estimado actualmente en un 30%, se prevé que estará entre 45% y 50% en 2020, y prácticamente todo este incremento tendrá lugar en los países menos desarrollados del mundo (UN-HABITAT 2004).

Entonces surge la cuestión de los alimentos. Para los pobres que viven en áreas urbanas, los alimentos se han convertido en lo que sólo puede llamarse un "lujo básico". Desde Calcuta a Kinshasa, desde Lima a Lagos, los hogares gastan hasta el 80% de sus ingresos en la adquisición de alimentos (PCC 1990).
Según Mougeot  (1994);  En muchas ciudades africanas es habitual que las familias sólo tomen una comida en el día. La malnutrición y los problemas de salud correspondientes son lugares comunes. No es de extrañar, entonces, que un número creciente de personas busque cómo complementar las magras cantidades de comida que están en condiciones de comprar.

2.3.2.   Definiciones

El concepto de agricultura urbana todavía no logra un consenso entre los investigadores en el ámbito internacional, uno de sus complejidades resulta de definir donde termina la ciudad y donde comienza lo rural. Cada pueblo, ciudad, país tiene sus propias características con relación a límites urbano-rural, lo que puede ser rural en algún lugar, puede ser considerado urbano en otro. Sin embargo, es necesario tener un conjunto de conceptos para poder aplicarlos según sea el caso de estudio. A continuación se hace un breve recuento de algunos conceptos:

Según Red Aguila (1999), Se llama Agricultura Urbana (AU) a la practica agrícola y pecuaria en las ciudades, que por iniciativa de los productores/as afincados muchas veces en los barrios marginales, villorrios, favelas, rancherías, barriadas y/o pueblos jóvenes y periurbanos, colindantes a las ciudades; utilizan los mismos recursos locales, como mano de obra, espacios, agua y desechos sólidos orgánicos y químicos, así como servicios, con el fin de generar productos de autoconsumo y también destinados a la venta en el mercado.

Para la FAO, 1999 la Agricultura urbana y periurbana (UPA) ocurre dentro y en la periferia de las ciudades en todo el mundo, e incluye productos agrícolas y pecuarios, pesca y  selvicultura desde el área urbana y del área periurbana. También incluye productos forestales no madera, así como servicios ecológicos provenientes de la agricultura, pesca y la selvicultura. A menudo existen múltiples sistemas agrícolas y de jardinería en o cerca a la ciudad. También, indica que se refiere a prácticas agrícolas dentro y alrededor de las ciudades, las cuales compiten por recursos (tierra, agua, energía y mano de obra) que podrían destinarse también a otros fines para satisfacer las necesidades de la población urbana.

Agricultura urbana se ha definido como ‘...una industria que produce, procesa y comercializa alimentos y combustible, en gran parte en respuesta a la demanda diaria de los consumidores de un pueblo, ciudad o metrópolis, sobre la tierra y agua que están dispersados en toda el área urbana y periurbana, aplicando métodos de producción intensivos, usando y reutilizando recursos naturales y desechos urbanos, para producir una diversidad de cultivos y animales. (UNDP 1996)

IPES (Promoción del desarrollo sostenible), 2009  La agricultura urbana (AU) incluye la producción y/o transformación inocua de especies agrícolas (hortalizas, frutales, plantas medicinales, etc.) y la crianza de animales menores para el autoconsumo o la comercialización en áreas intra y periurbanas de las ciudades. La AU aprovecha en forma eficiente y sostenible los recursos e insumos locales (suelo, agua, residuos, mano de obra, entre otros), respetando los saberes y conocimientos locales, y construyendo tejido social. 

Según Santandreu (2007), indica que  La Agricultura Urbana es un concepto multidimensional que incluye la producción, la transformación y la prestación de servicios, de forma segura, para generar productos agrícolas (hortalizas, frutas, plantas medicinales, ornamentales, cultivados o provenientes de la agro extracción etc.) y pecuarios (animales de pequeño, mediano y gran tamaño) orientados al auto consumo, los trueques y las donaciones y/o la comercialización, (re) aprovechando en forma eficiente y sostenible, los recursos e insumos locales (suelo, agua, residuos, mano de obra, conocimientos etc.). Estas actividades pueden ser practicadas tanto en los espacios intraurbanos como en los periurbanos, estando vinculadas a las dinámicas urbanas o de las Regiones metropolitanas y articuladas con la gestión territorial y ambiental de las ciudades.

El mismo autor señala que para entender mejor la definición de la Agricultura Urbana se debe dividir las actividades relacionadas en cinco categorías:

• Producción, incluyendo: Agrícola y pecuaria de hortalizas, plantas aromáticas y medicinales, frutales, plantas ornamentales. También,  pequeños, medianos y grandes animales, peces, agro extracción etc.; De insumos como semillas, plantones, compost, humus, etc. Rehusó de agua y reaprovechamiento de residuos sólidos.
• Transformación de por lo menos un producto de la AUP, de forma artesanal, en pequeña agroindustria familiar y/o comunitaria, promovida por la sociedad civil o por el poder público.

• Comercialización bajo la forma del comercio justo de productos in natura o transformados en la cadena de producción urbana y en mercados institucionales (convencionales a los orgánicos) formales e informales.

• Auto consumo, trueques y donaciones a espacios institucionales o a la población y la comunidad.

• Prestación de Servicios en investigación, capacitación, generación de tecnologías, asesorías, créditos locales y otros.

Un concepto bastante completo de la agricultura urbana lo propone Luc Mougeot (2000), que indica que: “La agricultura urbana está ubicada dentro (intraurbana) o en la periferia (peri-urbana) de un pueblo, una ciudad o una metrópoli, y cultiva o cría, procesa y distribuye una diversidad de productos alimentarios y no alimentarios, (re)utilizando en gran medida recursos humanos y materiales, productos y servicios que se encuentran en y alrededor de dicha zona, y a su vez provee recursos humanos y materiales, productos y servicios en gran parte a esa misma zona urbana”. Según el autor, el vínculo ecosistémico urbano de la agricultura urbana en todo su marco conceptual aún no ha sido desarrollado en toda su extensión.
En la actualidad su conceptualización ofrece una definición genérica y algunas indicaciones de sus rasgos distintivos. Resalta que la agricultura urbana es diferente y complementa a la agricultura rural en los sistemas locales de alimentación y es una agricultura que está integrada al sistema económico y ecológico urbano.

El grupo nacional de agricultura urbana del ministerio de agricultura de Cuba la define “como la producción de alimentos dentro del perímetro urbano aplicando métodos intensivos, teniendo en cuenta la relación hombre-cultivo-animal-medioambiente y las facilidades de la infraestructura urbanística que propicia la estabilidad de la fuerza de trabajo y la producción diversificada de cultivos y animales durante todo el año, basándose en practicas sostenibles que permiten el reciclaje de los desechos” (MINAGRI, Cuba, 2002). Esta definición aunque peca de idealismo sirve como referencia para entender el contexto ideológico sobre la práctica de la agricultura al interior de las ciudades, aparece los elementos principales como la sostenibilidad, y la relación hombre-naturaleza. Desde esta perspectiva la AU esta integrada al sistema económico y ecológico de la ciudad, por lo tanto forma parte del ecosistema de la ciudad, interactúa con los sistemas de producción tradicionales.

Ahora, si analizamos los diferentes conceptos y definiciones se pueden considerar varias modalidades de  intervención:

De producción: que comprende la producción agrícola (cereales, horticultura, hierbas aromáticas y medicinales, y fruticultura); la producción de árboles, para la provisión de alimentos, madera y combustibles; la producción de flores y plantas ornamentales; la hidroponía (cultivo sin uso de tierra o sustrato) y piscicultura. También se contempla la producción pecuaria (crianza de animales menores y mayores) y la apicultura; en varios lugares se han empezado a utilizar el manejo, reciclaje y uso de residuos sólidos y líquidos con fines productivos.

De transformación y comercialización: que comprende la transformación de cosechas en diversos productos terminados; así como la comercialización de la producción y distribución de los productos en mercados locales o regionales.

También, nos permite distinguir tres dimensiones del fenómeno de la agricultura urbana: su dimensión social, la dimensión política y la dimensión ambiental. Cada una de las cuales analizaremos en el contexto urbano.

Finalmente, podemos concluir con que la gran variedad de actividades que se pueden catalogar como agricultura urbana hace que su conceptualización sea difícil, e incluso que se le llegue a rechazar como objeto de estudio. De manera simple podemos decir que la agricultura urbana es toda aquella actividad agrícola que se da dentro o en la periferia de las ciudades.





2.3.3.    Actividades de la agricultura urbana

Consideramos como líneas de actividades productivas, dentro de la agricultura urbana, las siguientes:

La Horticultura: que comprende el cultivo de hortalizas, legumbres, hierbas aromáticas y medicinales.

La Crianza de animales menores, tanto para el consumo, como las aves, conejos y cuyes, como para sub productos y mascotas, como en algunas localidades animales mayores como vacas, cabras y ovejas.

El Manejo de Residuos, tanto los sólidos, como el compost y los abonos verdes, como el reciclaje de materiales para fines productivos, así como los líquidos con doble uso.

La Transformación de Cosechas en diversas líneas de productos terminados.

La Comercialización de la producción en mercados locales o regionales.

Por lo tanto, la tanto la agricultura urbana aprovecha los desechos generados por la ciudad para producir algunos productos que son transformados y vuelven a la ciudad a cubrir algunas demandas de la población.

2.3.4.   Beneficios

Según IPES (2003), Existe cuatro buenas razones para interesarse en la Agricultura Urbana:

IX.          El hambre aumenta, En América Latina, en menos de treinta años, el número de personas que cada día duermen con hambre aumentó en un 20%, alcanzando los 65 millones de personas.

X.           Medicina natural para todos, Los pobres gastan entre el 40 y 60% de sus escasos ingresos en alimentación y casi un 15% en gastos de salud y medicinas. La producción de plantas medicinales y productos derivados como infusiones, extractos y esencias facilita el acceso a la salud de los/as más pobres y excluidos/as.

XI.          Los residuos y las aguas tratadas al servicio de la seguridad alimentaria urbana Sólo el 2% de los residuos que producen nuestras ciudades son tratados adecuadamente. Millares de metros cúbicos de aguas residuales son desperdiciados o tratados a un costo elevado. Sin embargo, pueden transformarse en excelentes fuentes de abono, agua para riego y un complemento alimenticio para los animales.

XII.        Empleo de bajo costo y generación de ingresos, La Agricultura Urbana (AU) genera empleos cuyo costo de inversión es muy bajo en relación a los costos estimados para otros sectores productivos. Crear empleo en AU cuesta menos de 500 dólares, y su inversión puede ser recuperada con micro-créditos.

Estos beneficios en las áreas de alimentación, salud, ambiente y creación de empleos explican porqué más y más municipios quieren desarrollar y modernizar su AU.

Para la FAO (2000), La producción alimentaria urbana y peri-urbana puede contribuir al:

• Abastecimiento local de alimentos frescos y nutritivos (carne de pollo y de pequeños rumiantes, frutas, vegetales, productos lácteos);

• Alivio de la pobreza y una mejora de la seguridad alimentaria mediante el consumo de productos cultivados directamente, generación de empleo e ingresos;

• Manejo ambiental eficiente a través del uso productivo de desechos orgánicos como fertilizantes;

• Uso productivo de espacios abiertos, adecuados y no utilizados, que contribuyan a la biodiversidad y al manejo de cuencas.

La Agricultura Urbana es una fuente de empleo e ingresos para estos grupos vulnerables, que les permita salir de su situación de pobres o pobres extremos, ya que no requiere de mano de obra especializada, tal como se refleja en recientes estudios los cuales demuestran que la mayoría de agricultores urbanos en las ciudades son mujeres; en Rosario, Argentina, el 63% son mujeres y en Villa María del Triunfo – Lima, Perú, el 76% son mujeres, en la mayoría son inmigrantes o la primera generación de estos. Asimismo, experiencias de ciudades de la Región demuestran que se requiere una inversión de USD 500 para la generación de un puesto de trabajo en Agricultura Urbana, e inclusive esta es recuperable a través de sistemas de micro-crédito con características inclusivas (Merzthal, 2004). El mismo autor indica que cada vez más y más tomadores de decisiones y formuladores de políticas de las ciudades que vienen promoviendo el desarrollo e institucionalización de la Agricultura urbana a nivel local, desarrollando buenos ejemplos sobre:

1. Integración de la AU en los marcos normativos municipales: (Planes Estratégicos, de Desarrollo, directores, etc.): planes parciales (planes de mejoramiento barrial, planes parciales de desarrollo y de renovación urbana, etc.) y normativa municipal para el ordenamiento territorial (zonificación urbana, periurbana, rural municipal, reglas y normas para distritos o zonas agrícolas, normas para los parques y los espacios públicos, normas para nuevas lotizaciones y para renovación urbana).

2. Elaboración de marcos jurídicos y legales que faciliten el desarrollo de las diferentes actividades de la Agricultura Urbana: producción de insumos, producción, transformación y comercialización.

3. Desarrollo e implantación de instrumentos de dirección, planificación, gestión e implantación de la Agricultura Urbana a nivel municipal.

Santandreu (2007), señala que uno de los beneficios que aporta la agricultura urbana es el aprovechamiento de diferentes terrenos ubicados en la ciudad que se reflejan en el cuadro 1.

Cuadro 6. Tipología de espacios posibles para la agricultura urbana.


Tipología

Espacios característicos




Espacios Privados

Lotes vacíos;
Terrenos baldíos particulares;
Losas y techos;
Patios (con o sin pavimento) y balcones;
Áreas periurbanas;
Áreas verdes en conjuntos habitacionales.


Espacios Públicos
Terrenos de propiedad Municipal, Estadual y Federal con espacios posibles de
utilización:

Verdes Urbanos

Plazas y Parques, bermas centrales;



Institucionales

Escuelas y Guarderías;
Postas de Salud;
Hospitales;
Cárceles;
Edificios Públicos y privados.



No Edificables

Laterales de vías férreas;
Laterales de carreteras y avenidas;
Márgenes de riachuelos, ríos y lagunas;
Áreas inundables;
Franjas bajo líneas de alta tensión;
Ambientes acuáticos (ríos y lagunas).

Unidades De
Conservación

Áreas de Protección Ambiental;
Reservas Ecológicas;
Otras unidades en las que se permite el manejo y uso para este tipo de actividades.

Áreas de Tratamiento
Rellenos Sanitarios;
Lagunas de oxidación.


Fuente: Elaborado por: Santandreu (2007), en base a estudios de caso

  
2.3.5.   Agricultura urbana en la agenda política

Según IPES (2003), En América Latina ya se han dado experiencias de políticas Municipales que promueven la agricultura urbana. Por ejemplo, en Brasil, el Gobierno Federal de Brasilia ejecutó el “Programa de Vertilización de la Pequeña Producción Agropecuaria”, en apoyo a productores pobres con crédito, asistencia técnica y conformación de microempresas.

En Teresina, Brasil, la Municipalidad apoya un programa de Huertos Comunitarios para 2500 familias. En Ecuador, el Municipio de Cuenca en 1998 inicio un programa con instituciones y grupos comunitarios para la producción urbana de hortalizas, frutales, granos, abonos, animales menores y su comercialización. Esta actividad se ha incorporado en los planes de ordenamiento territorial y en la legislación urbana.

En México, el programa de Texcoco, Distrito Federal de México, busca generar empleos agropecuarios, garantizar alimentos a la población, promover esta actividad. Para ello creó en 1997 una Dirección de Desarrollo Rural que apoya actividades de agricultura en el contexto de la ciudad. (Anexo 22)

En Cuba, uno de los países donde mayor éxito ha tenido estas políticas. Este país cuenta en su Plan Estratégico el desarrollo de la agricultura urbana, El Programa incluye Granjas Urbanas, Cooperativas de Créditos y Servicios , Unidades Básicas de Producción Cooperativa , Grupos Parceleros y Horticultores, Organoponicos, Huertos Intensivos y Fincas para auto-abastecimiento de entidades estatales. (Anexo 16)

En Camilo Aldao, Argentina, se desarrolla una política activa de agricultura urbana que integra a la comunidad en proyectos sociales, ambientales, educacionales y productivos que incluyen cría de aves y vacunos, huertos familiares, utilización de residuos sólidos y el procesamiento de alimentos.

Merzthal (2004), señala que desarrollar marcos legales y jurídicos facilitadores, es tan importante como crear mecanismos/herramientas que permitan su desarrollo e implantación a nivel municipal. Estos instrumentos deben tener un enfoque participativo (que promuevan la participación de los agricultores/as urbanos/as y otros actores locales y que promueva asociaciones publico privada, incluyente con equidad de género, y sustentables). El desarrollo de estos instrumentos permite también la institucionalización de la AU a nivel intramunicipal y promueve la designación de recursos humanos y financieros para la AU.

Ejemplos:

En São Paulo, Brasil el proyecto de Ley 234/2002 propone la creación del Programa Municipal de Agricultura Urbana y Periurbana en el Municipio de São Paulo, en esta propuesta se hace una justificación del porque es importante la AU, su sustento político (inclusión de la AU como estrategia en el Plano Director) y sus directrices. (Anexo 24)

En São Paulo, Brasil el Programa Municipal se concibe como un instrumento de implantación técnico de la AU, pero se considera necesario tener un nivel político de reflexión y toma de decisiones y contar con una plataforma multisectorial que permita coordinar acciones referentes a AU, optimizando recursos humanos y financieros. En este contexto se elaboró el proyecto de Ley 545/2002 para la constitución de un Consejo Municipal de Agricultura Urbana y Desarrollo Rural Sustentable. (Anexo 25)

En Governador Valadares, Brasil se elaboró un Proyecto de Ley para formalizar legalmente la creación del Programa de Agricultura Urbana. Este proyecto incluye una presentación del concepto de Agricultura Urbana en el contexto local, los objetivos y el marco conceptual del programa. También incluye incentivos fiscales para el desarrollo de actividades de Agricultura Urbana. (Anexo 26)

La Municipalidad de Villa María del Triunfo- Lima, Perú, realizo una reestructuración orgánica buscando responder al Plan de Desarrollo Integral y a la priorización de la gestión municipal para el combate de la pobreza extrema, es así como el Programa Municipal de AU creado en el 2002, se convierte este año en una Subgerencia Municipal que depende de la Gerencia de Desarrollo Económico. Esta reestructuración se ve reflejada en el Reglamento de Organizaciones y Funciones (ROF), en el cual se reconoce a la Subgerencia de AU y se describen sus roles y funciones. Cabe destacar que esto permite asignar recursos humanos y financieros para la operación de la Subgerencia. Este ejemplo no es a nivel local, es a nivel departamental, pero se considera interesante su presentación. (Anexo 27)

La Gobernación del Departamento del Valle del Cauca, Colombia, por decreto N°1222 del 5 de diciembre de 2003, establece el Comité Departamental de Agricultura Urbana y Periurbana, como un organismo interinstitucional, asesor y coordinador del Gobierno Departamental y demás dependencias encargadas de ejecutar políticas y estrategias para el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria. El Comité está conformado por representantes gubernamentales, ONG’s, asociaciones de productores, etc. (Anexo 28)

En Rosario, Argentina, se formuló un proyecto de decreto que busca la creación de un banco de suelos de propiedad privada y públicos destinados para actividades de AU, la administración del mencionado banco de suelos por parte del Programa de AU de la Municipalidad de Rosario, la simplificación de trámites de gestión de terrenos y el establecimiento de una ruta de los expedientes ágil, asimismo se presentan los instrumentos para la cesión de terrenos (convenios) y los requisitos a cumplir por los grupos productivos para ser beneficiarios de los terrenos. (Anexo 29)






Soto (2008), muestra en el Cuadro 2 los actores involucrados en la agricultura en Lima Metropolitana.

Cuadro 7. Tipos de actores en la agricultura urbana.

Tipo
Descripción


Organizaciones de agricultores urbanos y productores

Incluye los agricultores urbanos y sus organizaciones representativas sean estas formales (cooperativas, asociaciones, juntas, etc.) o informales (redes, plataformas, etc.).

Gobierno local
Instancias del Municipio como direcciones, gerencias, sub gerencias, proyectos o programas específicos, etc.

Gobierno nacional y regional
Ministerios, secretarías técnicas, entidades autónomas, empresas públicas, etc.
Organismos no gubernamentales (ONG) y Fundaciones
Asociaciones civiles sin fines de lucro, de desarrollo, de promoción, etc.

Organizaciones Comunitarias
de Base (OCB)
Organizaciones sociales y sectoriales de base, organizaciones vecinales, comunales, barriales, comedores, clubes de madres, clubes juveniles, etc.
Organismos académicos y de
investigación

Instituciones educativas como universidades, centros de estudio y centros de investigación.
Sector privado
Empresas y otras organizaciones de tipo empresarial y/o comercial.

Organismos de Cooperación
Instituciones cooperantes nacionales e internacionales y del sistema Instituciones cooperantes nacionales e internacionales y del sistema.

Fuente: Elaborado por: Soto (2008), en base a estudios de caso

2.3.6.   Agricultura Urbana en América Latina

Según FAO (2010), La agricultura urbana florece en la Región. Así, En Cuba los organopónicos urbanos cubren aproximadamente 30 mil hectáreas que producen más de 3 millones de toneladas de verdura fresca al año.

En El Alto, Bolivia, los micro huertos familiares benefician a más de 500 familias pobres urbanas que viven cerca de los 4.000 metros, aprovechando el uso de tecnologías apropiadas como las carpas solares. 

En Bogotá, Medellín y Cartagena, en Colombia, los gobiernos y la cooperación internacional han capacitado a más de 50 mil personas para realizar huertas en diversos espacios urbanos que incluyen terrazas, azoteas y patios traseros. Se estima que las familias involucradas ahorran US$ 1.3 al día por la siembra de alimentos.
En el Departamento de Antioquia se vienen produciendo en 7 500 huertas familiares urbanas y periurbanas, más de 18 especies de hortalizas, frutas y condimentos, en un programa que espera alcanzar las 23.000 huertas en tres años.

En Curitiba, Brasil, unos 8 mil agricultores urbanos y 6 mil escolares cultivan alimentos en 1 280 huertas que ocupan más de 200 hectáreas de suelos urbanos en los que logran producir más de 4 100 toneladas de alimentos. En Belo Horizonte, se ha integrado la AUP en su política de seguridad alimentaria y en el ordenamiento territorial y uso del suelo urbano.

En Quito, Ecuador, AGRUPAR promueve actividades hortícolas y de producción de animales involucrando más de 520 huertas demostrativas, familiares y escolares y más de 100 emprendimientos para la producción de aves, conejos, cuyes y peces.

En Moreno, Argentina, el programa municipal de AUP ha implementado 4 860 huertas familiares y 29 huertas comunitarias beneficiando a más de 5 200 personas.

FAO (2009), Indica que instituciones de apoyo al desarrollo como la FAO, PNUD, PGU – ALC, HABITAT, IPES,  IDRC, Reino de Bélgica y representantes de los gobiernos de países Latinoamericanos se reunieron en tres oportunidades para realizar compromisos  que apoyen el desarrollo de la agricultura urbana en América Latina los cuales se resumen en las siguientes declaraciones:

2.3.6.1.       DECLARACIÓN DE QUITO

Las ciudades reunidas en la ciudad de Quito-Ecuador, del 16 al 20 de Abril de 2000, en ocasión del Seminario-Taller “Agricultura Urbana en las Ciudades del Siglo XXI”, consideran que las ciudades  enfrentan a graves problemas de pobreza, de inseguridad alimentaria y de desmejoramiento del ambiente. Para lo cual, se viene desarrollando diversas experiencias de Agricultura Urbana en América Latina y el Caribe, destinadas al autoconsumo con el propósito de aumentar el consumo de alimentos, de generar ingresos y empleo a la población vulnerable de las ciudades, para mejorar la seguridad alimentaria y el ambiente.

Además, reconocen que las experiencias de Agricultura Urbana presentan limitaciones, pero que también muestran que es posible el uso de recursos locales y de tecnologías propias, que coadyuvan a reducir los costos de implementación y asegurar mejoras en los niveles de calidad de vida de la población. Para lo cual, es necesario ejecutar programas de capacitación a los gobiernos locales y a los propios agricultores urbanos para elevar la eficiencia de la Agricultura Urbana. Además, es necesario la difusión y el intercambio de estas experiencias en la Región para mejorar y reforzar los esfuerzos y reducir los costos de estos programas.

Al mismo tiempo, recomiendan que se propicien nuevos, más amplios y frecuentes encuentros e intercambios entre nuestras ciudades y desarrollen vínculos con otras ciudades en nuestros países,  para tratar sobre políticas municipales de Agricultura y Seguridad Alimentaria Urbana y se haga un seguimiento y evaluación de las experiencias existentes así como de otras que pudieran surgir en la Región.

También, exhortan a los gobiernos locales para que promuevan la Agricultura Urbana en sus ciudades, desarrollen políticas de estímulo, como las de índole fiscal, y promuevan el relevamiento de información de las actividades de Agricultura Urbana en sus procesos de planificación territorial y a los organismos de cooperación técnica y financiera concedan a la Agricultura Urbana la importancia y especificidad que tiene la promoción del desarrollo sostenible y sustentable.

Reafirman el compromiso para con la promoción de las experiencias de Agricultura Urbana, constituyendo el Grupo de Trabajo “Ciudades y Agricultura Urbana en América Latina y el Caribe”, con el propósito de reproducir y mejorar las políticas y acciones municipales en Agricultura Urbana para fortalecer la seguridad alimentaria urbana, enfrentar la pobreza urbana, mejorar la gestión del ambiente urbano, la salud y desarrollar una gobernabilidad más participativa y menos excluyente, así como proteger la biodiversidad urbana con el apoyo del Programa de Gestión Urbana para América Latina y el Caribe. Finalmente, invitan a todos los actores públicos y privados a comprometerse con la práctica, la promoción y el apoyo de la Agricultura Urbana. (Anexo 30)

2.3.6.2.       DECLARACIÓN DE LA PAZ

Las ciudades, organizaciones de la sociedad civil y organismos de cooperación para el desarrollo reunidos en la ciudad de La Paz, del 20 al 23 de noviembre de 2007, con ocasión del Seminario Taller de Agricultura Urbana y Periurbana, Estrategias para la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe, tomando en consideración y reafirmando la Declaración de Quito firmada del 16 al 20 de abril de 2000 en la ciudad de Quito, consideran que las áreas urbanas de América Latina y el Caribe desde 1950 están presentando un evidente fenómeno de urbanización acelerada y desordenada. En 1950 y 2000 la población urbana de América Latina y el Caribe aumentó de 69 millones a 391 millones de habitantes. En los últimos 30 años el porcentaje urbano subió de 57.4% a 75.5% (CEPAL, 2000).

Además, indican que el crecimiento acelerado tiene serias implicaciones en las condiciones de vida de los habitantes urbanos como: el aumento de la pobreza urbana, la inseguridad alimentaria, la exclusión social y espacial de los pobres y los pobres extremos en las áreas urbanas y periurbanas de la Región. Por lo cual, reconocen que la agricultura urbana y periurbana es multifuncional (mejora de la seguridad alimentaria y nutricional, generación de ingresos complementarios, gestión ambiental, exclusión social, planificación participativa del territorio, generación de áreas verdes urbanas).
Además, esta actividad se caracteriza por tener un enfoque multicomponente (productivo/tecnológico, pedagógico/capacitación, nutricional, organizacional y políticas), y la diversidad de perfiles de los agricultores urbanos que la practican. Así, existe un crecimiento de proyectos y programas municipales de agricultura urbana y periurbana en América Latina y el Caribe, promovido por gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, universidades y organismos de cooperación internacional con diferentes propósitos. También, los gobiernos nacionales y locales están incluyendo la agricultura urbana y periurbana como estrategia dentro de las políticas de seguridad alimentaria y nutricional.

Recomiendan, capitalizar y gestionar el conocimiento disponible en la Región sobre agricultura urbana y periurbana, identificando y documentando experiencias, promover un enfoque multi – actoral en el diseño e implementación de los proyectos, programas y formulación de políticas, fortalecer la organización de los agricultores/as urbanos y otros actores locales y facilitar la formulación e implementación de políticas públicas de agricultura urbana y periurbana a escala local y nacional, promoviendo actividades sobre su importancia para el desarrollo de la agricultura urbana y periurbana.

Finalmente, invitan a los gobiernos nacionales, regionales y locales a que promuevan la agricultura urbana dentro de sus programas de lucha contra el hambre y la pobreza, de seguridad alimentaria, de promoción del desarrollo local y de mejoramiento del ambiente; a través del desarrollos de políticas públicas, que financien e inviertan en la agricultura urbana y periurbana, incorporándola en la planificación y  ordenamiento territorial y desarrollando marcos normativos, legales y regulatorios. (Anexo 31)

2.3.6.3.       DECLARACIÓN DE MEDELLÍN

Las ciudades, organizaciones de la sociedad civil y organismos de cooperación para el desarrollo reunidos en la ciudad de Medellín, del 13 al 15 de octubre de 2009, con ocasión del Segundo Seminario Taller Internacional Agricultura urbana: Una herramienta para la Seguridad Alimentaria y la Lucha contra el Hambre, tomando en consideración y reafirmando la Declaración de La Paz firmada del 20 al 23 de noviembre de 2007 en la ciudad de La Paz, consideran que la urbanización acelerada ha generado una inapropiada planificación del territorio generando problemas en el acceso a servicios básicos, y una inadecuada gestión ambiental en áreas de crecimiento, reflejada en la proliferación de viviendas en zonas de riesgo, la ineficiencia del sistema de saneamiento básico, la contaminación de fuentes hídricas por la falta de tratamiento de aguas residuales, la acumulación de residuos sólidos en áreas inadecuadas, el deterioro del suelos y ecosistemas frágiles y la ausencia de zonas verdes.

Actualmente la región pasa por una serie de crisis económicas de alza de precios de alimentos e insumos productivos, de cambio climático y urbanización, para las que tanto instituciones como comunidades buscan estrategias sostenibles de recuperación. Frente a estas problemáticas los participantes reconocen que los gobiernos nacionales y locales están incluyendo la agricultura urbana y periurbana como estrategia dentro de las políticas de seguridad alimentaria y nutricional y otras políticas de gestión urbana en América Latina y el Caribe y recomiendan capitalizar y gestionar, como respuesta sostenible a la crisis, el conocimiento disponible en la Región sobre agricultura urbana y periurbana, identificando y documentando experiencias, sistematizando información temática y materiales bibliográficos y audiovisuales vinculados directamente a la agricultura urbana y periurbana.

Finalmente, invitan a los gobiernos nacionales, regionales y locales a que promuevan la  agricultura urbana y periurbana dentro de sus programas de lucha contra el hambre y la pobreza, de seguridad alimentaria, de promoción del desarrollo local y de mejoramiento del ambiente; a través del desarrollo e implementación de políticas públicas para fortalecer vínculos e integración con organizaciones de investigación, de crédito público, de asistencia técnica, con empresas de comercialización, que financien e inviertan en la agricultura urbana y periurbana, incorporándola en la planificación y ordenamiento territorial y desarrollando marcos normativos, legales y regulatorios. A los organismos de cooperación técnica y financiera para que continúen apoyando el desarrollo de la agricultura urbana y periurbana y la gestión de conocimiento y fortalecimiento de las capacidades de instituciones, organizaciones y agricultores(as) de la Región. A los organismos de investigación y académicos a que investiguen, generen y transfieran conocimiento tecnológico en temas relevantes a la agricultura urbana y periurbana, y que se consolidan a través de alianzas con otros actores involucrados al tema y a los y las agricultore(a)s urbanos a que continúen involucrando en su vida diaria la producción de alimentos, multiplicando sus conocimientos y participando activamente del desarrollo de la agricultura urbana y periurbana y la gestión de sus ciudades. (Anexo 32)

2.3.7.   Instituciones Involucradas en la Agricultura Urbana

IPES ha sido anfitriona de la Red de Agricultura Urbana de Investigaciones en América Latina (AGUILA). Esta asociación sin fines de lucra busca unir y articular esfuerzos de las entidades que fomentan la Agricultura Urbana en América Latina y el Caribe, a través de acciones de investigación, comunicación, capacitación, gestión, promoción, intercambio y cooperación. Una importante colaboración es la publicación a través de la web http://www.ipes.org/aguila/) de la “Revista de Agricultura Urbana”, revista especializa en difundir diversos temas de agricultura urbana.

Algunas organizaciones mencionadas son miembros o se apoyan en otras iniciativas a nivel mundial. Por ejemplo en 1996 se creó la Iniciativa Global para la Agricultura Urbana, en el tercer encuentro del Grupo de Ayuda en Agricultura Urbana (SGUA, siglas en ingles). El principal objetivo de esta iniciativa es estimular la integración de la agricultura urbana en los planes de desarrollo a nivel local y nacional de los gobiernos y en los diferentes involucrados en el tema. El componente más activo de SGUA es el Centro de Recursos para la Agricultura y Forestería Urbana (RUAF, siglas en inglés), ubicado dentro de la consultoría ETC de los Países Bajos, y que cuenta con el apoyo del gobierno holandés y del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID) de Canadá.




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